Es otro hombre y eso salta a la vista. Francisco José Acosta está sonriente, feliz y con mil proyectos en la cabeza y para ello solo ha hecho falta que el ayuntamiento le pague 819 euros de los más de 40.000 que le debe.

Se trata de la primera nómina -aunque es parcial porque su alta como trabajador empezó a contar desde el pasado 12 de marzo- que Francisco José vuelve a cobrar tras cerca de dos años de litigios contra el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife después de que se liquidara el contrato con la empresa de informática en la que trabajaba (Santa Cruz Software) el 31 de diciembre de 2012.

"Llevaba muchos meses pasándolo mal. Se me había agotado el paro y no tenía ningún tipo de ingreso. Me era completamente imposible llegar a fin de mes sin que me tuviera que ayudar mi familia, vecinos y amigos e incluso Cruz Roja para poder comer. Cuando me llegó un mensaje al móvil avisándome de que el ayuntamiento me acaba de hacer un ingreso me puse nerviosísimo. Lo comprobé por cuantas vías se me ocurrió y, aprovechando que era jueves y La Caixa estaba abierta, fui inmediatamente a mi oficina. Allí me lo confirmaron y, pese a que tenían que retenérmelo casi todo por la cantidad de deudas que tenía, me pusieron un disponible porque conocen mi caso y saben que a partir de ahora cobraré todos los meses y que aún me deben mucho dinero", detalla Francisco.

Preguntado sobre qué fue lo primero que hizo, sonríe y explica: "Fue una tontería, la verdad. Me fui corriendo al supermercado y lo primero que busqué son las maquinillas de afeitar que a mí me gustan y que, como valen 10 euros, no me las he podido comprar desde hace tiempo. Utilizaba unas baratas que me hacían daño en la cara, pero no podía permitirme otras. Después, hice una buena compra y, por la noche, sin que mi pareja y sus dos hijos supieran nada de lo que me había sucedido, les di una sorpresa y los invité a comer kebabs. Fue un día feliz".

No obstante, el ayuntamiento aún le debe a Francisco José alrededor de 45.000 euros en concepto de los salarios que no ha percibido durante todo este tiempo.

"No cobraré esa cantidad porque me tienen que descontar el dinero que percibí por el paro, pero los técnicos municipales me dicen que al final serán unos 12.000 euros", explica antes de aclarar que con esa cantidad podría saldar todas sus deudas y le sobraría.

"Cuando mi caso salió en el periódico mucha gente me llamó y me ayudaron un montón. Me prestaron dinero y me dieron comida y todo lo que podían. Fue algo que nunca olvidaré porque, por ejemplo, me llamaron muchos de los compañeros que tuve en el ayuntamiento que además me mostraron todo su apoyo", recuerda emocionado.

Sin embargo, Francisco José asegura que la solución que se le ha dado es "difícilmente aceptable desde el punto de vista moral".

"Cumplen la sentencia. Me readmiten y vuelvo a ser un trabajador municipal, pero no quieren que vaya a mi puesto de trabajo sino pagarme por no hacer nada. ¿Qué ventaja pueden ver en algo así, si me consta que les hace falta personal en el servicio de informática?", reflexiona antes de recordar que no es únicamente él el que se encuentra en esta situación, puesto que otro compañero está cobrando el salario sin ir a trabajar desde hace meses y otros tres ya tienen una sentencia que obliga a que sean repuestos.