La demora del nuevo emplazamiento del Rastro de Santa Cruz se debe a que el plano elaborado con la numeración de los puestos no tiene en cuenta las familias que están juntas ahora. Este tema lo trató en una reunión la presidenta de la Asociación de Comerciantes del Rastro de Santa Cruz, Carmen Tejera, con el concejal del área de Proyectos Urbanos, Infraestructura, Obras y Servicios Públicos, Dámaso Arteaga.

"Ellos hacen un plano y colocan los puestos por orden de lista del 1 al 631, pero suponiendo que se hiciera como ellos proponían, nadie iba a quedar cerca de sus familiares y en el Rastro depende mucho que los puestos queden cerca por si tienen que desplazarse al baño o surge algún problema", declaró Tejera. Además, explica que "la gente ya está desesperada, porque es una incógnita cuándo se va a resolver, porque uno no compra mercancía porque si el puesto no es bueno, no vendes y te quedas estancado con las prendas y si son de temporada, más todavía. La gente esta deseando que esto pase y se arregle lo más pronto posible".

Este asunto estará presente en el pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz que tendrá lugar en unos días, para, con la debida aprobación, "empezar a trabajar con la presentación de todos los documentos que se exigen", explica Tejera. También se está tratando de separar los puestos de las ONG para que no estén todas juntas, que, además, tienen unas dimensiones distintas al resto de los puestos.

"Esto sí que no puede parar ya, debe seguir adelante y calculo que estará listo en un máximo de tres meses, porque no podemos llegar a septiembre con el mismo problema para poder hacer ya la clientela de reyes".

La presidenta de la asociación explica que la intención del consistorio es montar más rastros, para lo que sugiere que "tengan en cuenta que hay familias que solo trabajan una vez a la semana y muchas a las que les gustaría trabajar otro día, así que queremos que no se permita venir a montar otros rastros de gente de otros municipios cuando nosotros somos más que suficientes aquí para que haya, como mínimo, dos mercadillos a la semana". El razonamiento de este planteamiento viene dado porque "nosotros ahora debemos hacer mejoras de estética a los puestos, nos las van a exigir poco a poco, así que deberían tener en cuenta que ya que hacemos esa inversión podrían darnos otro día a la semana", según Tejera.

Además, asegura que el alcalde también conoce las necesidades que tienen las familias del Rastro, "donde casi el 70% de los vendedores no tienen otros ingresos y solo trabajan una vez en semana; dependen de un domingo. Tampoco cuentan con prestaciones y acuden al Banco de Alimentos, y el ayuntamiento lo sabe", concluye Tejera.