Fue en un año tan lejano como simbólico, 1992, cuando el grupo juvenil nacionalista Azarug entró en Casa Taucho, un viejo inmueble ubicado en la calle General Serrano de Duggi. Hoy, 22 abriles después, pese a la amenaza de desalojo, los actuales "ocupantes" mantienen aquella filosofía de sistema asambleario (auténtica premisa), actividad ininterrumpida, autogestión y acción social reinvindicativa. Primero, desde la óptica de las políticas juveniles, pero luego para todos, personas o colectivos, y de cualquier edad.

A la pregunta de con quién estaba hablando el periodista, la respuesta del portavoz resume este espíritu: "Joan, solo Joan de Casa Taucho. En mi caso pertenezco a tres asociaciones diferentes pero aquí ayudamos todos a todo. Desde abrir la casa hasta organizar exposiciones, conciertos o una biblioteca que estamos mejorando".

El inmueble tiene dos plantas, la superior en desuso. En la primera se distribuyen varios espacios dedicados a "Punto de información", "La tasca", "El mercadillo", donde se venden camisetas u otros recuerdos, y la ya mencionada biblioteca. Luis, un habitual, destaca la tarea anónima y desinteresada (eso es Taucho) de su compañera Yaiza para "ordenar y clasificar cientos de volúmenes". Y por supuesto dos estupendos y amplios patios, "objetos de deseo", sobre todo en verano, por su frescor.

Pepo es otro de los habituales, "el manitas", apunta Joan, que añade: "Igual está para un barrido que para un fregado". Ahora en paro, a Pepo le surge "en directo" una oferta de trabajo. "Hay de todos los perfiles, jóvenes y viejos, parados o en actividad, de aquí y de fuera. No se pregunta, aunque es lógico que exista una sintonía", señala Joan.

Exposiciones, proyecciones, lecturas en común (todos los viernes del invierno el profesor Escohotado propone una revisión de "El capital" de Marx) o, simplemente, tertulia. Pero la asamblea lo decide todo.

"Nosotros, explica Joan, nos organizamos siempre en asambleas de individuos, aunque la mayoría estemos conectados a colectivos. En ese foro decidimos la programación y la apertura a cualquier grupo organizado en sintonía".

Joan valora "la buena relación con el barrio de Duggi y la asociación de vecinos El Monturrio, más aún tras poner en marcha la Mesa Social en la que participaron recursos de la zona como la parroquia de María Auxiliadora.

"Claro que hay similitudes con Can Vies" (el centro derribado en el barrio de Sants que originó protestas en Barcelona), admite Joan. "Son muchos años, valora, y actividades paralelas dentro de un proceso parecido, el de un centro abierto con sentido horizontal".

También valora "la aproximación a las tesis del 15-M o la importancia reciente de plataformas como la de la República, la Dignidad o la PAH (Afectados por la Hipoteca). Pero somos independientes y con dos conceptos claros: reivindicar la ocupación como forma de recuperar espacios y la autogestión a través de una financiación que va desde hacer camisetas a una red de trueque".

Joan reflexiona para concluir: "Desde 2002 plantean la necesidad de una Casa de la Juventud en el municipio. Las únicas políticas juveniles, comunitarias y sociales en Santa Cruz han salido de Casa Taucho. Hay futuro si superamos la amenaza del desalojo".