Inma, Karina, Daniel o Nancy ya sufrieron un desahucio. El suyo, personal e intransferible. Ellos, las caras más activas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), reviven ahora, como colectivo, aquella pesadilla porque buscan local ante la imposibilidad de continuar en el que ocupan desde hace cuatro meses en la calle Candelaria. "Aquí no podemos seguir, no solo porque hay un contencioso entre quien nos lo cedió en febrero y el ayuntamiento, que es el propietario, sino por las pésimas condiciones de habitabilidad".

"Está lleno de humedades, explican, con una instalación eléctrica muy antigua que, pese a los arreglos, es un peligro. Y cualquier día se nos va a caer encima la balconada de madera podrida que corona el patio, una auténtico desastre por su valor patrimonial. Pedimos un local, como nos ha prometido el alcalde Bermúdez".

Respecto a la subvención de 7.200 euros concedida hace unos días, Inma Évora, portavoz del colectivo, aclara: "No hemos pedido jamás nada, fue un concejal, ni es la solución pero bienvenido sea el dinero. Lo que queremos es un local para poder mantener este recurso social del municipio y casi de toda la Isla".

En la última limpieza de la sede, "aparecieron cientos de fichas nuevas (desde febrero) tanto de la Obra Social como de Bancos, los grupos principales en los que dividimos los casos. Cada vez hay más".

"Nos hace falta un lugar donde trabajar", explican, y añaden: "No solo en el plano administrativo, donde hay que solventar trabas burocráticas y se produce un efecto dominó que vuelve a traer a muchos afectados. También en lo emocional porque, y en eso tenemos experiencia, hay que superar la sensación de vergüenza y de haber fracasado en la vida. Has desaparecido porque sin domicilio no puedes ni matricular a tu hijo".

"Ahora estamos en otro momento de la estrategia", apuntan. "Primero era necesario que nos visibilizaran con acciones sonadas. Ahora prima la ayuda a quienes se ven perdidos. Es duro decirle a alguien que se queda sin casa, pero también damos esperanza porque hay alternativas. Hemos aprendido a negociar y ganado respeto".

La PAH ha trasladado su oficina a la puerta del ayuntamiento. Todos los miércoles, a las siete, convoca asamblea. Lo han hecho siempre, llueva o haga calor, tanto en el Reloj de Flores del parque García Sanabria, donde empezaron, como en esta casa. La Plataforma del "Stop desahucios" está a un paso de ser desahuciada.