La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha destinado 71.000 euros a las obras de imperbealización de la estructura del edificio de ampliación del conocido como ambulatorio de Tomé Cano.

Las obras quedaron interrumpidas en 2008, cuando la empresa adjudicataria quebró, y desde entonces Sanidad reconoce que no se han podido retomar.

El Centro de Atención Especializado J.A. Rumeu (nombre oficial del centro) se quedó así con las obras de la segunda fase de su ampliación y remodelación interrumpidas y con varios problemas de seguridad (una grúa que hacía temer a los vecinos con las alertas por viento) que Sanidad ha ido solventando.

"Sí se han venido ejecutando varias actuaciones encaminadas a la mejora de la seguridad del edificio", manifestaron desde la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, que añadió "que tal y como había quedado a la suspensión del contrato, presentaba algunos problemas potenciales y del confort de pacientes y trabajadores".

Por este motivo, desde el pasado mes de julio se comenzaron a realizar "obras para la impermeabilización de la cubierta de la mitad del edificio que se quedó en estructura, con el fin de evitar posibles daños por las futuras lluvias".

La previsión de Sanidad es que los trabajos estén concluidos el próximo mes de septiembre.

La quiebra de la empresa Mazzoti y el avance de la crisis económica, juntos, han dejado las obras paralizadas desde entonces, lo que ha generado quejas de vecinos y de usuarios del centro. Uno de los motivos de queja era que en la recepción el espacio de espera para pedir segundas citas era limitado, con pocos asientos, y las esperas eran dilatadas.

Sin embargo, las partes finalizadas en la primera fase de la ampliación eran más amplias y cómodas.