El Centro Municipal de Acogida, más conocido como el albergue, estrenó ayer su reglamento de funcionamiento. Un texto que, entre otras cosas, establece en su artículo 5.3 referido a la permanencia que "la norma general será de siete días de permanencia cada tres meses, pudiendo prorrogarse tres días más de existir razones motivadas".

Los usuarios consultados por este periódico, no obstante, son escépticos sobre este extremo. Uno de ellos, un señor mayor con el pelo ya blanco, se pregunta: "¿Y dónde vamos a ir? ¿A la Subdelegación del Gobierno? Eso no puede ser".

Otro, más joven, incide en que el reglamento en sí no es malo. "Al que respeta, el que se empeña en buscar trabajo, le ayudan mucho", explica.

Aunque ninguno de los usuarios consultados cree que vayan a "echar" a nadie al cumplir esa semana, lo cierto es que éste es uno de los motivos de baja que se enuncian en el artículo 7: "agotar el tiempo máximo de permanencia en el Centro, según se recoge en el artículo 5.3".

Otro de las partes más importantes del reglamento son las infracciones y sus sanciones. Primero se hace una clasificación de faltas de leves, a graves y muy graves. Después, se detallan las posibles sanciones, que consisten en la prohibición de hacer uso de las instalaciones del albergue por tiempos que oscilan desde menos de tres meses a más de un año o con carácter definitivo.

"Yo creo que las leyes deben ser duras para todos los que comportaran mal", señala el señor mayor, de acuerdo con este reglamento. "Ya vale de tanta golfería, tenemos que tener una buena convivencia aquí, como en cualquier casa", dice.

Otros usuarios reconocieron no saber nada del nuevo reglamento, pero se mostraron de acuerdo con que se dejara fuera a las personas conflictivas. "Para las personas que no buscan problemas, aquí está todo bien", manifiesta otro de los usuarios.

"Deberíamos involucrarnos, con el permiso de ellos, en la limpieza y el mantenimiento del centro - dice-. Que no te den todo gratis".