Un grupo de empresarios encabezados por el presidente de Zona Centro, José Manuel Ramos, recibió ayer al concejal de Urbanismo, José Ángel Martín, y a técnicos de la Gerencia Municipal (posteriormente se incorporó otro edil socialista, Florentino Guzmán) durante la visita que giraron para conocer la situación de algunas calles del casco histórico como Doctor Allart, La Palma o El Clavel.

Martín prometió, ante las quejas recibidas, que "para septiembre espero que sean calles abiertas. Les pido paciencia y sé que han tenido mucha, pero en unos meses el sacrificio será recompensado. Vamos a hacer lo que tengamos que hacer, obligar a los propietarios a garantizar la seguridad en sus inmuebles y, si no cumplen, a través de la figura de la ejecución subsidiaria que hemos desarrollado desde que llegamos, hacer nosotros la obra y luego cobrarles. A través del Consorcio de Tributos, con un recargo del 20% y sin perdonar ni un solo euro a los que tienen una zona patrimonialmente tan valiosa en este estado de abandono".

La línea es aplicar la disciplina urbanística "hasta donde se pueda, porque también hay derechos de propietarios que tienen licencia de obra vigente". Aunque parezca mentira al ver la fachada de un inmueble en la calle Doctor Allart. Ahí explotan: "Por el derecho de uno pagamos cientos"; "¿para cuándo lo van a hacer? o "no podemos estar años encerrados". Martín apunta: "Hemos caducado más de 2.000 licencias en los últimos 13 meses". Porque siempre hay opciones dentro de la ley, como explicó el técnico Juan Pedro Valdés: "No hay seguridad, la fachada da hacia la calle de atrás con riesgo de caída y ahí sí podemos actuar".

En esta manzana, 19 edificios son susceptibles de intervenciones urbanísticas (287 en toda la zona centro): 11 en Dr. Allart, cuatro en Clavel y cuatro en La Palma.

Ayer mismo, el BOP anunciaba la licitación del Acuerdo Marco para contratos de obra derivados de expedientes de Disciplina Urbanística por "inejecuciones de particulares". Martín apunta que "planes como este del Antiguo Santa Cruz, el de El Toscal o el de Pino de Oro llevaban 14 años en una gaveta". El edil se comprometió a intervenir ante la concesionaria de limpieza para mejorar algo de lo que se quejaron todos . Y a "solicitar la ayuda del Cabildo".

Miguel, Paloma, Diego, Alexander, Tatiana, Carlos... Son pequeños empresarios que hablan en defensa de sus intereses y de un casco histórico ante cuya imagen los extranjeros, numerosos y cámara en ristre, mueven la cabeza en sentido negativo. Son escépticos con las medidas coercitivas porque "esta gente tiene dinero, paga las multas y sigue dejando caer los edificios, su objetivo". "Pagamos los mismos impuestos que en la calle Castillo pero no se nos ve", concluyen.

Vecinos pocos porque, según las fuentes, "apenas son trece o catorce, la mayoría muy mayores y lo que les preocupa es quedarse bloqueados en sus casas sin poder salir a la calle. Se quejan del botellón, de la suciedad, de los malos olores o del ruido. Su problemática es distinta".

Uno de los empresarios cuadró la esencia de la visita: "No sé si llegarán a tiempo de salvar esta zona porque de Antiguo Santa Cruz va camino de barrio chino". El sentido de su frase era recordar la marginalidad que acompaña a espacios estrechos, sin luz, acotados, con botellón... También recalca que el comercio mayorista asiático asentado allí empieza a marcharse. Ni antiguo ni chino. "Hay que hacer algo ya", dice.

Nicolás Estévanez, presente el día antes del centenario de su óbito

Nicolás Estévanez cumple mañana cien años de muerto. Su calle fue escenario del debate sobre los dueños "absentistas" o las facilidades para montar un mercadillo. Martín prometió convocar a los propietarios a final de mes, aunque atisbó que, "sobre todo, irán los abogados".