El Festival de las Eras de El Tablero es algo más que cultura. Es el momento del año en el que las personas de todas las edades retoman el pasado rural del barrio y lo comparten. De la misma manera que comen todos del mismo potaje de berros hecho en una era y presentan absortos las contorsiones de una bailarina contemporánea.

Las eras que servían para extraer el trigo hoy son escenarios y lugar de encuentro de los vecinos. Los más viejos recuerdan que cuanto había viento había que salir a "aventar el trigo". Esto es cuando se separaba la paja del trigo. El trigo, explican, caía porque pesaba más y lo iban barriendo con unas ramas. Hablan de las "gransas" que es "un tallito gordo del trigo" y del "trillo", tirado por mulas o por vacas que llevaba "pequeñas piedras por debajo" para ayudar a esa separación de paja y trigo. "Siempre queríamos montarnos en la trilla", recuerdan.

Aunque echan de menos la parte festiva, de juego, que tenía la trilla, recuerdan lo duro que era el trabajo. "Ahora hace fresquito, pero entonces hacía fuego", dice Efigenia Hernández, cien años cumplidos y sentada en la era Marina Reyes para la fiesta. Muy cerca, la propia Marina Reyes, explicando los pormenores de la trilla y la necesidad de que hubiera viento. "Hasta de noche nos hacía levantarnos mi madre".

Hoy continúan las actuaciones y los recuerdos en un festival que es apto para todos los públicos.