El campo de fútbol siete de San Joaquín, en el barrio de La Salud, está hundido. Y no es una forma de hablar metafórica. En su trazado presenta varios hundimientos debido a que la tierra con la que se rellenó el barranco para construirlo se asentó tras la riada de 2002. Desde entonces, los equipos que entrenan o juegan allí vienen reclamando un arreglo de los problemas que, con el paso del tiempo, no han hecho más que aumentar.

Las redes que hay en el perímetro del campo están rotas en varios puntos, lo que propicia que los balones vayan fuera, con el consiguiente peligro para los coches y vehículos que circulan por el lugar.

Las escaleras por las que suben los niños para cambiarse están rotas, las que usaban para subir a buscar los balones que caían por la parte alta del barranco, cegada por un muro (pero han mantenido la puerta de salida, abierta)...

Además, el césped artificial deja un amplio tramo de asfalto donde los chicos se dejan las rodillas si se caen más allá. Por fuera, los paneles de alta tensión están cerrados sólo con alambre. La grada es alta y no cuenta con ninguna valla que evite las caídas y, en fin, el lugar parece más un circuito de obstáculos que una instalación deportiva cómoda y segura.

De hecho, parte de la valla exterior se ha desprendido del muro y corre el riesgo de caer a la acera en cualquier momento que sople un viento fuerte.

Alrededor del campo también hay residuos, papeleras llenas, hundimientos e irregularidades en las aceras, producto de las raíces de los árboles o continuación de los hundimientos del terreno.

Al cruzar, el solar de enfrente, seco y lleno de basura, confirma la impresión de dejadez en la zona.

El Club Deportivo Tajaraste, uno de los que entrena en San Joaquín, ha presentado un proyecto al Ayuntamiento que bajo el nombre de "Muévete con el deporte" pretende recuperar el fútbol base y favorecer la integración de los menores, entre otros objetivos. Para ello solicitan una instalación donde impartir unas clases gratuitas dentro del recinto de San Joaquín. Porque hundido o no, el campo es lo único que tienen muchos niños.