El concejal de Sí Se Puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife Pedro Fernández Arcila ha pedido hoy la aprobación urgente del plan especial de defensa frente a avenidas, un documento de carácter insular en el que se señalan varias zonas de la ciudad como puntos negros en caso de lluvias torrenciales como la de ayer.

Arcila, en un comunicado, ha criticado que el papel del Consejo Insular de Aguas, que lleva cinco años tramitando el este plan, y que, además, tiene bajo su responsabilidad garantizar la seguridad de la ciudadanía en sucesos como el acaecido ayer.

"Doce años después, se han reproducido las mismas situaciones de riesgo, y en los mismos puntos, que las registradas el 31 de marzo de 2002", ha recordado Arcila.

Sin embargo, ninguno de los acuerdos institucionales adoptados después de aquella catástrofe se ha cumplido y el Consejo Insular de Aguas sigue aprobando obras de urbanización como las del puerto capitalino, que causan un "efecto muralla" y ponen en riesgo la seguridad de las personas.

Por ello, ha exigido a las administraciones local, insular y canaria que den prioridad a la seguridad de la ciudadanía a la hora de acometer obras públicas, y más en las actuales circunstancias de crisis, en las que no se pueden llevar a cabo todos los proyectos que están sobre la mesa.

Así, el portavoz de la organización ha denunciado el "ingente" gasto realizado en la vía litoral -más de 45 millones de euros-, cuando las lluvias de este fin de semana, que no son las más graves que podría esperar la ciudad, ocasionaron una inundación en el túnel con la que, a su juicio, quedó patente la improvisación a la hora de ejecutar este proyecto.

Esta obra, calificada por Arcila de "chapuza", se suma a una larga lista de actuaciones deficientes en la que se incluyen el túnel de la avenida Tres de Mayo, el encauzamiento del barranco de San Andrés, las obras de urbanización de algunos núcleos, los problemas en vías urbanas como la avenida de Venezuela y la obra de El Bufadero.

En este sentido, ha destacado la necesidad de acometer inversiones de carácter no estructural, como la concienciación de la ciudadanía sobre los riesgos que se derivan de las lluvias torrenciales y la formación de las personas para que puedan hacer frente a situaciones de emergencia como la vivida ayer.