"No podíamos llevar tanta cantidad de alimentos a nuestra sede, muy pequeña, cuyo acceso es muy complicado. Carecemos de la logística necesaria para el transporte, pero los militares han echado una buena mano". Así valoraron Paco y Ángel, voluntarios de Sonrisas Canarias, colectivo que preside Luis Febles, la operación realizada ayer para trasladar 35.937 kilos de alimentos no perecederos desde el almacén de Cruz Roja en el muelle hasta el local de la ONG en la calle Juan Silvestre de Valleseco. La cadena solidaria se activó desde primera hora.

Juan Manuel era ayer el responsable de Cruz Roja. Otros tres voluntarios como él, Sergio, Ferrán y Carlos, subían a dos camiones los 55 palets.

El color verde caqui de los vehículos, igual que el uniforme de los "operarios", revelaba el origen militar del segundo eslabón de esta cadena solidaria. Once efectivos de la Unidad AALOG 81, compañía de transporte, con base en el cuartel de La Cuesta y al mando del capitán Cristóbal, contaron para la operación con esos dos grandes camiones, dos land rover de apoyo y el transporte del "torito" o carretilla, una herramienta clave.

Lentejas (13.000 kilos: "una vez nos dieron 11.000 de harina", dice Paco), arroz, garbanzos, leche, judías verdes, galletas, macarrones y salsa de tomate. Todo del FEGA europeo y con fecha de caducidad entre 2016 y 2019.

Paco se encargó de llevarse la leche en su furgón blanco. Es de los pocos que siguen tras diez años: "Viernes y lunes hay que acumular existencias para el reparto de los martes". Ángel cuenta: "Una señora lloró de alegría cuando le dimos chocolate. Llevaba tres años sin probarlo por no poder comprarlo". El tercer eslabón de la cadena lo forman la veintena de voluntarios como Paco y Ángel, que de nueve de la mañana a tres de la tarde, cargaron las pesadas cajas hasta la calle de arriba, Manuel Lomo, donde se almacena. Todo está ya listo para repartir alimentos a 2.500 personas de 500 familias. La cadena solidaria funciona.