El precipitado desalojo en 2007 de las oficinas centrales del Ayuntamiento de Santa Cruz, ubicadas hasta entonces en la calle General Antequera, donde no se cumplían los mínimos de seguridad exigibles, parecía abrir un nuevo horizonte a la atención del ciudadano y la dignidad de los puestos de trabajo de funcionarios y personal laboral municipal de la capital tinerfeña. Pero no ha sido así.

Al antiguo IES Hermanos García Cabrera de Ofra se trasladaron unos 230. Luego, el pasado septiembre, otro centenar al flamante (tal vez no tanto, rascando un poco) inmueble del parque La Granja donde estaba la discoteca Ku. La rehabilitación de ambos costó a las arcas públicas la friolera de 6,7 millones de euros. Hoy ese gasto está en entredicho por los problemas estructurales que tiene al primero de los edificios en precario y han obligado al cierre, que se mantiene por ahora, del segundo.

La historia del caso del que fuera Instituto de Ofra forma parte de "la herencia envenenada" que dejó en el ámbito judicial el que fuera alcalde de Santa Cruz, el senador Miguel Zerolo, condenado por el Tribunal Supremo a una inhabilitación de ocho años por prevaricación administrativa a causa de este proceso.

La historia se remonta a finales de 2005, cuando se tramitó como obra menor con la empresa de mantenimiento (IMES, luego IMESAPI) la reforma del antiguo instituto para albergar las oficinas municipales. Eran los tiempos como concejal de Economía y Hacienda de Guillermo Núñez (2003-2006), que siempre defendió la necesidad de salir con urgencia de la sede de General Antequera, donde no se cumplía la legislación en riesgos laborales. Incluso, se produjeron varios conatos de incendio alguno de los cuales Núñez llegó a calificar de "intencionado".

Las dos primeras facturas con IMES datan del 1 y el 15 de diciembre de 2005 por 371.628 euros. El coste final certificado fue de un total de 5.953.597 euros "por una obra menor".

En cuanto a La Granja, el coste final de las obras, que ejecutó la empresa Syocsa Inarsa, fue de 666.666 euros, a los que hay que sumar 33.333 de IGIC. "Se gastaron 700.000 euros del Plan E de Zapatero y cuando se acabó el dinero cerraron con llave y se fueron", apuntan fuentes sindicales.

"Al poco entraron los lajas y se llevaron hasta los cables eléctricos", añaden para explicar: "De hecho, incluso hicieron una hoguera en el centro de la gran sala principal para quemar los plásticos y llevarse el cobre".

Las fotos que acompañan al reportaje "fueron realizadas el año pasado durante una visita guiada a los sindicatos para comprobar lo bien que iban a estar los trabajadores de General Antequera, una vez re-reformado el lugar".

Los techos de paja ya estaban en La Granja antes de la reforma

Esta foto es del año pasado y, según fuentes sindicales, "demuestra que las placas del falso techo de paja prensada, una de las cuales a punto estuvo de caer sobre una compañera el jueves pasado, ya estaban aquí antes y no se pusieron en la última reforma. Están desde que era una discoteca". /foto cedida

Un edificio "con vicios estructurales de construcción", pese a su coste

La imagen, aseguran las fuentes, "está tomada ayer (por el lunes) y es una muestra de los serios problemas que la lluvia ha originado en la sede municipal de Ofra desde la riada del pasado 19 de octubre. Algunos pretenden disimular lo que pasa pero la realidad es muy tozuda y evidente"./ foto cedida

Metano: la amenaza latente en General Antequera

El edificio de General Antequera está cerrado, pero "la amenaza sigue latente -apuntan-, porque el agua de los sifones se evapora en los sanitarios y los gases como el metano, muy explosivo, entran en el recinto. Basta una chispa. Durante más de un año, hasta que se abrió La Granja, se trabajó en riesgo en la planta baja. Las otras cuatro estaban cerradas pero no se limpiaban y se acumulaba un gas que marea y atonta". Y el edificio de la avenida de los Príncipes del Gobierno de Canarias, sede de la UTS de Ofra, "cerrado. Hace dos años se hizo un informe y en septiembre pasado otro definitivo por los mosquitos entre humedades y aguas fecales". Ahora está en el Aula de Formación del García Cabrera hasta hacer una obra de 200.000 euros en la planta alta del colegio desafectado Ofra San Pío.