El viario del barranco de Santos empeora con el tiempo y, según el presidente de la Asociación de Vecinos El Monturrio, Dario Álvarez, se ha convertido en "un foco de indigencia, droga e infección".

Cuatro años después de su inauguración, solo uno de los tres locales que se construyeron está en uso, precisamente el del barrio de Duggi, que tiene un problema "con goteras de más de dos metros de diámetro", según explicó Álvarez. Y las humedades son su menor problema.

La terraza en la que se encuentra el local es utilizada con lugar de paso para drogodependientes que acceden por allí a una cueva, para "hacer botellón" e incluso "para hacer sus necesidades".

Por todo esto, han pedido que, además de sellar la bajada a la cueva, "pongan un enrejado a la asociación".

También han solicitado al Ayuntamiento que retiren un quiosco abandonado que hay en una pequeña placita un poco más abajo. "Allí viven dos personas" aseguró el presidente de la Asociación de Vecinos El Monturrio. En un espacio mínimo y sobre un colchón mugriento sobre el suelo de metal. "Queremos que esas personas tengan unas condiciones dignas para vivir", argumentó.

Además de estos, Álvarez menciona el problema de la limpieza, "en parte también porque la gente es muy incívica", y "la poca seguridad". "La Policía por allí no pasa o lo hace muy poco", opina.

Además del local de Duggi, en el viario se construyeron dos locales más. Uno, terminado, en la calle Diego Crosa (El Uruguay), que tuvo que ser tapiado tras ser robado y ocupado. Otro, a medio hacer, bajo el puente Galcerán, destinado a la Casa del Carnaval en teoría, pero en la práctica tapiado también.

Ana Mendoza, presidenta de la Asociación Pro Parque Cultural Viera y Clavijo, considera que el estado del viario "es una vergüenza". "Con lo que nos costó y el espacio que quitaron al Viera y Clavijo, que eso no lo dice nadie", añade. "Supongo que ahora con las canchas de pádel nuevas pondrán más seguridad", reflexiona.

"Sin tu calor, todo el año es invierno". La pintada, en una acera del barranco, es uno de los pocos grafitis poéticos del lugar. Enfrente, una filtración de agua que hace las veces de cascada, bajo el puente de la avenida de Asuncionistas. Es solo una de las esperpénticas postales de este viario millonario.