"Ni en coche ni andando". Los jóvenes deportistas del Club Deportivo de San Andrés no pueden acceder "de ninguna manera", al campo de fútbol de Las Huertas, porque los accesos quedaron destrozados tras la riada del 19 de octubre.

Desde entonces llevan esperando por que alguien les ofrezca una solución o se empiece a trabajar por el terreno, pero hasta la fecha no se ha producido ningún movimiento por parte del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

"Tenemos más de 85 jugadores en todas las categorías, de prebenjamines a regional preferente" que se han quedado sin poder entrenar. Desde el día de la riada lo están haciendo en el Colegio de San Andrés, en una cancha de asfalto, y "una vez por semana en el barrio de La Alegría, porque nos cede su campo el Club Deportivo Tahodio", explican.

A esta falta de instalaciones donde entrenar se suma el hecho de que todas las equipaciones y material han quedado dentro de las instalaciones del campo del fútbol de Las Huertas, al que no se puede acceder.

"Entrenan en tres metros cuadrados cada equipo", dicen respecto al campo prestado en el que se ejercitan ahora, para añadir que "los mayores no pueden" porque se trata de un campo solo para fútbol siete, según explican fuentes del Club Deportivo.

Así, desde el 19 de octubre, reiteran: "Aquí no viene nadie ni nos dan una respuesta".

El antiguo camino que ha quedado destrozado era un camino real, explican fuentes del Club. Ahora, el consistorio ha pedido al juez que le permita construir los accesos en un terreno privado, en el que se arrastra un contencioso de años.

"Y mientras se decide, ¿qué va a pasar con nosotros", se preguntan desde el club, que solicitan que les arreglen el camino real para, al menos, poder acceder al campo de fútbol.

El concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, confirmó que no van a tocar el camino real, ya que el destrozo que provocó el agua fue tan grande que esta "obra no entraba en la emergencia".

Explicó que han pedido un mandamiento judicial que les autorice a entrar por arriba, por unos terrenos privados, donde estaba proyectada una carretera, que la empresa Desurcic no ha llegado nunca a hacer porque siempre que lo ha intentando los vecinos se han interpuesto.

"Es el único acceso seguro", afirmó, porque en el camino real "hay que hacer un gasto tan importante que no merece la pena".

Arteaga recordó que el acceso mide cerca de 500 metros y que, sintiéndolo mucho, los jóvenes tendrán que quedarse sin acceder a su campo hasta que no se reciba ese mandamiento judicial. "Igual que los que entrenan en el campo de Valleseco y en del de San Joaquín", concluyó.