Decir Santa Clara era hasta no hace mucho sinónimo de marginalidad, una etiqueta que sus gentes se quitan "poco a poco" aunque también aseguran que "nunca fue cierta del todo". Un nuevo barrio surgió en los años noventa del siglo pasado para mejorar la trama urbana y la vida diaria de sus vecinos. Una demolición controlada derribó entonces el simbólico Edificio Santa María y sobre sus ruinas se levantaron las viviendas actuales. Fátima Brito, vecina "de toda la vida", acompañó a El Día en la visita por la zona en la que "conviven" casas terreras y bloques, estos últimos mayoría.

En concreto se distinguen tres ámbitos. En primer lugar, las promociones del Sur, que datan de los años sesenta del siglo XX, al amparo del Patronato de Viviendas y objeto de ese mencionado proceso de Área de Renovación Integral (ARI) en los noventa. Las del Noreste, fruto de los programas de vivienda pública de mediados de los setenta y principios de los ochenta. Por último, entre ambas, una zona de viviendas unifamiliares de autoconstrucción.

"El paro es el principal problema y como consecuencia hay mucha economía sumergida", explica Fátima. Pero es algo generalizado en Ofra al igual que la "vuelta al nido" de muchos hijos y nietos que hace convivir en un mismo hogar a varias generaciones. Una situación negativa, advierte Brito, es "el gran índice de absentismo escolar. Los chicos tienen demasiadas horas libres que pasan sin actividad. Y buscan entretenerse en otras cosas". Eso, unido a que "estos jóvenes no tienen un sitio donde ir" propicia situaciones de marginalidad y la presencia de algunos focos de pequeña delincuencia relacionada con las drogas, pero, "como en todos los barrios", apunta.

Fátima a valora la celebración del Día del Vecino, que el pasado verano cumplió su tercera edición: "Es de lo poco que hacen para dinamizar el distrito. Deberían repetirlo varias veces al año y espero que tenga continuidad. Es una manera de encontrarnos y también de conocernos".

Fátima Brito recuerda: "Cuando tiraron el barrio antiguo (824 viviendas del antiguo patronato) y comenzaron la renovación urbanística, sobre el 30% de los vecinos se mudaron a Añaza. Luego no se hizo una reposición en la que se juntaron personas que no se conocían. Eso creó un desarraigo y algunos conflictos, pero todo se ha superado con el tiempo y Santa Clara ha dado un cambio radical".

Respecto al problema de los okupas, considera que "ha ido a menos, pero la gente no tiene vivienda y cuando entiende que una está vacía, pues entra".

Fátima vuelve a insistir en la falta de alicientes para los vecinos: "Uno envidia los centros integrados socioculturales de La Laguna como El Polvorín de Taco o el Tranvía de La Cuesta. Me pregunto por qué en Santa Cruz no se apuesta por un modelo similar. Sería positivo para todos: niños, jóvenes, mayores o familias monoparentales, con una madre y sus hijos, algo frecuente en Ofra. Y otra gran carencia, en relación a esto, es la falta de guarderías".

Santa Clara busca su camino. Vivió un éxodo poblacional con la marcha a Añaza y, posteriormente, a mediados de la década del 2000, recibió a vecinos nuevos, procedentes de la Cuesta de Piedra , que, asegura Brito, "se han adaptado muy bien".

Nombre y situación

Debe el nombre a la advocación a su patrona, cuya fiesta se celebra cada 11 de agosto con una procesión por las calles del barrio. Pertenece al Distrito Ofra-Costa Sur y abarca también la anexa Finca La Multa. Sus límites: El Mundialito y el HUC, la avenida de Los Príncipes y la calle Conde de Pallasar. Su arteria principal es la avenida Melo Novo, la popular trasera de la Guardia Civil.

Población

Aproximadamente 4.500 personas (2010) con un ligero descenso.

Reseña histórica

Surgió en los años sesenta del siglo XX con el desarrollismo del régimen franquista (la AV se llama Mortes Afonso por un ministro de Vivienda). Llegaron gentes de toda la isla para residir en sus bloques de protección oficial. A mediados de los 90 se procedió a la renovación de la trama urbana con la demolición del edificio Santa María. Un 30% de la población se fue entonces a Añaza. A mitad del 2000 llegaron nuevos vecinos procedentes de la reposición de Cuesta de Piedra para residir en calles con nombres de minerales: Ópalo, Zafiro, Diamante, Brillante...

Servicios

Las cartillas sanitarias corresponden al centro de salud de la avenida de los Príncipes. El principal colegio público es el Ofra Santa Clara con el que hace unos años se fusionó el Ofra San Pío. Y entre los institutos, el prestigioso, por su nivel, Ofra 5.

Accesos

Conectan el barrio las líneas de Titsa 905 (Muelle Norte) y 908 (Intercambiador de Transportes).

Fátima Brito

Fátima Brito Suárez ha vivido sus 43 años en Santa Clara, donde tuvo y crió a sus tres hijos. Ama de casa, ha estado muchos años vinculada al AMPA del colegio Ofra Santa Clara. Opina que antes nombrar a Santa Clara era "casi equivalente a que la gente pensara inmediatamente en problemas, marginalidad y delincuencia, pero no era tanto entonces ni mucho menos lo es ahora. Mis hijos han estudiado todos, uno de ellos, incluso tienen dos carreras y en mi familia estamos orgullosos de ser de aquí. Queda algún punto aislado, pero, en general, es una zona como otra cualquiera con gente normalísima, humilde y trabajadora".

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