Repiten la frase durante la mañana como si fuera un mantra: "Taganana está abandonado. Somos algo menos de 700 vecinos censados y pesamos muy poco a la hora de pedir el voto. Nos vemos dejados de la mano de Dios por las instituciones". El Día recorrió el pueblo del Macizo con César Manrique (sí, como el genio conejero) y Jesús Arrocha, miembros del PP en el tagoror de Anaga. A la ruta se unió Luján González Izquierdo, presidente de la asociación La Voz del Valle y un "libro abierto" sobre historia, antropología y etnografía de la zona. Ellos relataron y analizaron las "cinco heridas" fundamentales de un núcleo que celebra el 500 aniversario de su iglesia, Las Nieves, como parroquia. El camino de una larga (y fría) jornada comienza en Las Hoyas. Allí, explica Luján ante un reconstituyente vaso de vino de bodega propia, "los vecinos cedieron parte de su terreno para hacer la pista agrícola y entullaron con escombros hace más de cinco años unos 20.000 metros cuadrados de huerta muy fértil. Los lanzaron por la ladera y ahora no hay manera de arreglarlo, pese al compromiso del Cabildo y Medio Ambiente. Los afectados han pedido una compensación económica y siguen esperando. Qué manera de actuar cuando hablan de sostenibilidad". La siguiente etapa lleva al grupo a la zona de las tierras altas: "Las lluvias del pasado octubre destrozaron el camino que los dueños de las fincas utilizan para llegar a sus cultivos y viña". Son cerca de 900 metros por los que resulta casi imposible circular, ni siquiera con vehículos todoterreno. "No han mandado ni una pala", señalan. Luján añade: "No se puede vender el senderismo como factor de riqueza sin tener los caminos arreglados. Ni señalética adecuada ni paneles informativos". De bajada al centro del pueblo, anaguenses y tagananeros valoran: "Lo del alcantarillado es una vergüenza. Llevamos tres décadas pidiéndolo. Hicieron el año pasado una gran obra en tres fases, levantaron medio pueblo y la dieron por terminada pero no funciona. No sirvió para nada y las aguas negras han vuelto". Lo demuestran con una simple mirada a la tubería rota y las aguas fecales que corren por el lecho del barranco. Mejor no hablar del olor. "Es ilegal tener un pozo negro o conectarse a una red de alcantarillado que no está acabada. Pero tampoco debería ser legal pagar por un alcantarillado que no se tiene y lo cobran", explican para añadir: "La parte alta del pueblo lanza hacia la baja y hay zonas que se rebosan como la de alrededor de la farmacia. Y menos mal que no somos muchos ni hay veranos especialmente calurosos, sería un foco de infección". Hace falta "una depuradora. Han hablado muchas veces de dónde colocarla. Se dijo que en la misma playa del Roque de las Bodegas pero Almáciga se opuso. Hay un proyecto de tres o cuatro grandes instalaciones de depuración en Anaga. Una, bajo el Roque de las Ánimas, pero "¿cómo pretenden que sean los propios vecinos los que instalen las motobombas?". Otra "herida": la parcela del campo de fútbol. Ahí sigue "desde hace muchos años. Lo reclama el pueblo y no han hecho nada". César y Jesús han propuesto en el tagoror "ubicar allí un helipuerto para evacuar con urgencia en caso necesario". Por último, indican, "la ladera de la entrada se derrumba a cada momento. Es una zona muy transitada por vecinos, incluidos los niños, y muchos visitantes que llegan en las guaguas aparcadas allí. Han puesto una rejita que no soluciona nada. Cada vez que llueve un poco, caen piedras". Luján valora: "La opción a largo plazo es un gran túnel abierto como en María Jiménez y el parcheo, colocar una malla". "Lo llevamos al tagoror", apunta César, "y se aprobó. Acha (concejal popular) a su vez, al pleno, y también se aprobó, pero...".

Una llamada a la diáspora

Otra queja: "El gran túnel de acceso, de casi 500 metros de largo, está prácticamente a oscuras. Y los puntos de luz se pudren y se caen al suelo, literalmente, sin que se repongan". La Inspección Técnica de Edificios (ITE) "ha caído como una bomba", dice Luján. "Históricamente -apunta- a Taganana se le ha esquilmado, a la gente se le requisaba lo que tenía y lo que no tenía, desde las instituciones como la iglesia, con el diezmo, o durante la Inquisición y el siglo XIX. Y a eso le ha sonado al pueblo la ITE". Otra crítica sobre el transporte público: "No tanto por la frecuencia de paso, que también, como porque manden conductores inexpertos y la forma que tienen de llevar la guagua al estar acostumbrados a la zona urbana. Hay quien no se sube, sobre todo mayores, por miedo". Luján, César y Jesús acaban con una petición: "A la diáspora de taganananeros y anaguenses, unos 15.000 hemos calculado, hijos y nietos del pueblo que viven y trabajan fuera, en los barrios de Santa Cruz o en el sur de la isla, que allá donde estén voten en estas elecciones pensando en su pueblo". "Como presidente de una asociación de vecinos -valora Luján-, trabajamos por todos sin política por medio". Aunque corrobora que "el PP sí se ha implicado con el pueblo de Taganana".