El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, vivió con intensidad y en primera persona la cuarta jornada de puertas abiertas del Centro de Formación Profesional María Inmaculada, que se celebró el pasado jueves.

Bermúdez fue pastelero por un día tras seguir con atención las indicaciones del chef Jonay Darias, de la empresa Frack Chefs y antiguo alumno, que impartió una clase dentro de las actividades del encuentro anual. Además, el alcalde compartió una mañana diferente con parte del centenar de alumnos matriculados este curso en un centro señero de la capital tinerfeña.

Situado en el número 1 de la avenida La Salle, el María Inmaculada, como se le conoce, imparte Formación Profesional desde la década de los sesenta. Las religiosas que lo gestionan han atendido a lo largo de estos años las necesidades de formación y capacitación profesional para desempeñar un puesto de trabajo de un gran número de jóvenes, tanto chicharreros como de otras zonas de Tenerife y también de otras islas.

La oferta educativa del centro la constituyen los Ciclos Formativos de Grado Medio "Actividades Comerciales", "Gestión Administrativa" y "Cocina y Gastronomía" que duran dos cursos escolares. Por primera vez, el próximo 2015-2016 comenzará a impartirse la FP básica en Cocina y Restauración. La formación culmina con la realización a partir del mes de abril de prácticas en empresas con las que el centro mantiene conciertos de colaboración. Entre ellas, Leroy Merlín, Hospital Universitario de La Candelaria, Grupo Nº1, Automotor Canarias, La Casita o Restaurante La Bola. Uno de los chicos tendrá, incluso, la fortuna de salir fuera de la isla para aprender su oficio el Restaurante del mediático cocinero vasco Martín Berasategui.

Ante la cercanía del periodo de admisión de alumnos por la Consejería de Educación, el María Inmaculada abrió por cuarta vez sus puertas el pasado jueves en una mañana que también contó con la posibilidad de realizar visitas guiadas por las instalaciones.

Dos aspectos destacan históricamente en este centro. Por un lado, lo bien comunicado que está con muy buen acceso al transporte público, incluso para personas de otros municipios. Al ser un centro pequeño ofrece un trato bastante personalizado y acogedor.

Las religiosas de María Inmaculada cumplieron sus Bodas de Oro de ayuda educativa a los jóvenes de Santa Cruz hace dos cursos. El colegio que gestionan ha sido punto de encuentro estos cincuenta años de chicos con necesidad de formación tardía para incorporarse al mundo laboral. Y que dure.