La concejala de Sí se Puede, Asún Frías, valoró ayer en, al menos, 800.000 euros el coste del Plan Estratégico de Santa Cruz de Tenerife que se aprobó en el pleno del pasado viernes.

El edil de la Sociedad de Desarrollo, Florentino Guzmán Plasencia, llevó el Plan Estratégico y el proceso participativo a votación considerando que "dos factores han influido en el fracaso" de dicho plan: "la crisis económica" y "el retraso al poner en marcha las medidas".

La oposición criticó que se trajera a aprobación algo que se reconocía que era inservible, pero el edil de la Sociedad de Desarrollo se justificó argumentando que era una encomienda de gestión y que él tenía que dar cuentas de lo que había hecho.

La decisión de llevar el plan y el proceso participativo fue de los servicios jurídicos

"Es un documento mejorable", dijo, para añadir que "la siguiente corporación debe valorar qué hace", si integrar los contenidos de las mesas ciudadanas en el Plan Estratégico o si inicia el proceso desde cero contando con la participación ciudadana.

Frías consideró que "si se hizo un proceso participativo, debía de haberse incorporado", refundiendo ambos documentos. "Se han gastado una cantidad cercana a un millón de euros para que las conclusiones digan que no sirve", criticó.

En este sentido, Plasencia dijo que el traer tanto el plan como los resultados del proceso participativo que dicen que no sirve el plan eran una decisión de los servicios jurídicos del ayuntamiento.

En 2003, con Miguel Zerolo (CC) de alcalde, se encargó el primer Plan Estratégico a Corporación5, a quien se pagó alrededor de 200.000 euros por él. En 2008, se encargó otro a Gepec, un grupo de profesores e investigadores de la ULL, que tardó cuatro años en realizarlo y por el que también se abonó una importante cantidad. Este último es el que las mesas de participación consideran inservible.