J.D.M.

H ace pocos años no había nada más que eriales y fincas semiabandonadas bajo la autopista del Sur, más allá de Santa María del Mar, en unos terrenos del Suroeste que El Rosario había regalado a Santa Cruz en 1972. En esa época, a finales de los 80, surgió allí el barrio de Añaza sin el más mínimo equipamiento o infraestructuras. No existían comercios, no bajaban las guaguas, ni siquiera había luz o colegio. Medio siglo después, el esfuerzo de sus gentes lo ha convertido en un núcleo modélico urbanísticamente y bien equipado en cuanto a servicios. Pero ha costado.

"No estamos dispuestos a que esto se pierda por la acción de descontrolados" como los que atacaron hace poco al personal del servicio de urgencias. Ni por el estigma de la marginalidad "que nos ha perseguido históricamente". Lo aseguran con firmeza fuentes vecinales que admiten cierto repunte de la inseguridad en los últimos meses. Y el terrible golpe de la crisis con el brutal índice de paro como añadido, sobre todo entre los jóvenes, tras el hundimiento del sector de la construcción que nutría de puestos de trabajo.

Añaza le debe mucho a la asociación de vecinos 8 de Marzo y en concreto a su fallecido presidente (el pasado diciembre) Luis Celso García Guadalupe, un luchador incansable hasta el último día.

La pujanza inicial del movimiento vecinal, venido a menos en los últimos tiempos, fue mejorando infinitamente la dotación de servicios. Prácticamente, uno a uno. De la vivienda social digna a la piscina Dácil Cabrera, en honor de la nadadora paralímpica, pasando por el campo de fútbol, el centro de salud, la biblioteca, la ludoteca...

Desde la costa hasta la autopista, la urbanización está muy bien trazada, con calles amplias, zonas verdes y un litoral irredento por desarrollar. Los edificios tienen una cota de altura adecuada y sin discordancias. Una rambla central corta el sector en dos y una carretera lo rodea como un anillo. Las viviendas sociales y de protección oficial se mezclan con las libres e, incluso, con chalets en la zona litoral de Acorán. Y aún con suelo suficiente para extenderse.

Pero el gran patrimonio de Añaza es su gente, con una gran proporción de jóvenes, que en su inmensa mayoría se esfuerzan a diario en ganar cotas de dignidad y escapar de generalizaciones injustas. Lo peor, el desarraigo de quienes llegaron desde distintos sitios de la capital, de otras zonas de Tenerife o de islas periféricas.

El barrio tiene todavía pendiente un segundo "salto adelante". Tras dotarse de infraestructuras básicas y servicios deportivos o sociales resta desarrollar el tejido comunitario con un trabajo más social que tiene resultados tangibles en la mejora progresiva en el funcionamiento de las comunidades de propietarios.

Desde la asociación, a pesar del golpe que supuso la pérdida de su carismático líder, mantienen que "si tenemos algo es porque nos lo hemos trabajado y hay que seguir en esa línea". A veces, incluso, con manifestaciones ante instituciones como el Cabildo o el Parlamento para presionar y obtener la financiación imprescindible.

El último logro del barrio ha sido las urgencias del centro de salud. No será el último porque, a pesar de ese urbanismo moderno y la mejora en servicios, queda mucho por hacer. No será fácil coger el testigo de Luis Celso García, pero resulta imprescindible.

Nombre y situación

La denominación de Añaza o Añazo está relacionada con la visión mítica de la Conquista. A "las playas de Añaza" llegó el Adelantado Fernández de Lugo para iniciar la Conquista. Por extensión, así se denominaba a Santa Cruz. Delimitado por el cauce del barranco del Muerto al norte, el mar al este, el barranco de los Pocitos al sur y la autopista del Sur, la TF-1, al oeste.

Población

Unos 10.000 habitantes, con un ligero descenso los últimos años.

Reseña histórica

Surge a finales de los 80 en los terrenos baldíos ubicados bajo la TF-1. Los orígenes fueron las promociones de viviendas de protección oficial para realojar a vecinos de otras zonas con pocos recursos. Desde los 90 ha habido una revalorización residencial, sobre todo hacia la costa.

Servicios

Añaza ha pasado, gracias al esfuerzo de sus vecinos, a ser uno de los lugares con más recursos de la capital tinerfeña. Entre ellos, la piscina cubierta, viejo objetivo. Cuenta con tres centros educativos, dos de Primaria y el IES, así como la sede actual de la Policía Canaria y centro de cursos policiales. Destaca el Centro Comercial Carrefour Continente.

Lugares de interés

La costa es el futuro, pero hay otras expectativas como el gran centro tecnológico y vivero de empresas de Cuevas Blancas. Resaltar la declaración del yacimiento aborigen del barranco del Muerto como BIC con la categoría de Zona Arqueológica. A proteger y conservar.

El barrio

Hoy, como excepción, no hay personaje en este rincón. En todo caso, colectivo. Podría ser José Hernández, o sea, Pepe el cura, que hace una extraordinaria labor social y solidaria en la zona deprimida económicamente que abarca la parroquia de Santa María de Añaza. También Carlos Gómez, alma máter de la Plataforma Decide. O Julio Loreto Pérez, actual presidente de 8 de Marzo. Pero siempre estará detrás Luis Celso. A él le hubiera gustado esta visión comunitaria de un barrio que luchó durante décadas por su servicio de urgencias (foto) y ahora tendrá que defenderlo de los ataques irracionales. Porque Añaza es su gente.

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