"Derribarlo equivaldría a tirar un edificio patrimonial y eso no se puede ni se debe hacer", Así se expresaron ayer expertos y defensores del patrimonio de Santa Cruz respecto al Balneario, un edificio que, aseguran, "desde el año 2004 figura en el catálogo de Protección ambiental del Plan General de Ordenación (PGO) respecto a la fachada y los valores de los elementos tipológicos".

"La posible demolición -añaden- la debe de avalar el Cabildo con el consentimiento de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico".

Estas fuentes señalan que "veníamos dándole vueltas a si el inmueble tenía o no valores a proteger ante la posibilidad de su derribo. La respuesta está en el tomo 3.2 del fichero del Patrimonio arquitectónico". El Balneario aparece con el número 9 entre los 741 inmuebles catalogados en el municipio. Ubicado en El Bufadero, al borde de la carretera a San Andrés -la TF-111- y con una superficie de 1.180 metros cuadrados".

Estos días, después de lo manifestado por el alcalde en el sentido de un posible derribo, ha sido el concejal del Distrito Anaga, José Alberto Díaz-Estébanez, el que ha opinado sobre el Balneario. "Al Gobierno de Canarias le llegó ya un edificio absolutamente deteriorado del Gobierno de España", valoró en primer lugar.

El Balneario, añadió, "era del Ministerio de Educación y Descanso de la época franquista. Íbamos de pequeñitos y lo recordamos como una maravilla pero hoy sería cutre. No tenía nada que ver con los actuales parques marítimos".

Para Díaz-Estébanez "el gobierno central lo tuvo cerrado sin hacer absolutamente nada y luego lo cedió al Gobierno de Canarias, en concreto a la Consejería de empleo y asuntos sociales. Con lo bien que nos trata el Gobierno de España, en general, qué raro que nos regalara un inmueble".

El concejal dejó claro que "el edificio está en un estado catastrófico, No diré ruinoso porque tiene unas condiciones sobre las que tendrán que decidir los técnicos. No se hizo nada durante un montón de años, tampoco el Gobierno de Canarias". "Es verdad -indicó- que con las dificultades presupuestarias de los últimos cinco años, a ver quién se ponía a restaurar un balneario con las necesidades sociales. Aquello se ha ido deteriorando cada vez más porque lo que no se usa se deteriora. Ya no tiene ni acceso al mar".

"Al Gobierno de Canarias -explicó- le hemos exigido asegurar el cerramiento exterior y que defina lo que quiere hacer con el edificio. En consonancia con el grado de protección porque hay una catalogación del inmueble. Pero que exista un grado de protección no significa que haya que restaurar. Habrá que ver si es posible, si es viable y para qué. A lo mejor, a pesar de nuestra memoria sentimental, resulta que no es posible. Si el proyecto de restauración va a costar 20 millones de euros es mucho mejor derribar y hacer algo nuevo. No lo sé. No nos guiemos por los prejuicios del sentimiento".

Díaz-Estébanez insistió para concluir en una idea: "Lo ideal es que ahí se ubicase algo de uso social, un centro de salud, porque la Casa del Mar no reúne las mejores condiciones. Hay espacio para un polideportivo, un centro de rehabilitación o uno de día para mayores. Sería muy útil para los vecinos de Anaga, pero vamos a hacer primero una evaluación técnica".