La plaza de toros de Santa Cruz de Tenerife se ha convertido en una especie de albergue para gatos. Cerrada desde hace tanto tiempo que ya forma parte de los recuerdos, el histórico coso se ha ido deteriorando y llenando de basura y animales.

Los gatos son sus principales moradores. "Yo creo que no se ven tantas ratas gracias a los gatos", apunta el gorrilla del aparcamiento de la parte trasera.

Los felinos permanecen escondidos durante el día, agazapados bajo los coches, y salen a comer en los recipientes con comida y agua que algunos ciudadanos les colocan en las ventanas enrejadas del coso.

A pesar de la proliferación de gatos, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife asegura que no ha recibido ninguna denuncia por ese motivo. No obstante, sí que han recibido quejas por "la acumulación de basura en la parte trasera", en la zona donde estaban las discotecas, explicaron fuentes municipales.

Desde el consistorio especificaron que se ha dado trámite a estas denuncias y que se está intentando comunicar con los propietarios de la plaza de toros.

Sin embargo, esto es más complicado de lo que parece. En 2010, el administrador de la empresa Alicur explicó que la entidad Plaza de Toros es una comunidad de bienes formada por mil acciones, de las que Alicur tenía varias.

En 2008 se anunció que se reformaría y se abriría para el disfrute del público, con el acceso de los peatones desde la rambla hasta el interior, además de planificar un edificio de 12 plantas frente a la iglesia del Sagrado Corazón. El proyecto "Plaza de Todos" mantenía la fachada. No obstante, la suspensión del Plan General de Ordenación (PGO) paralizó estos planes. Hoy, la plaza de toros es Bien de Interés Cultural (BIC) pero eso no la libra de presentar un estado lamentable.