"Van a entrar. Dios mío, cómo estará eso ahí". La frase es de una vecina de la calle El Perdón, que paseaba su perro la mañana de ayer. La pronunció justo antes de que un grupo de operarios municipales accediera al número 14 de la vía, foco de la plaga de roedores que ha azotado los últimos días a los residentes en esta zona, cercana a la Rambla, del barrio de Salamanca. Las características ropas blancas de los trabajadores, el fuerte olor que salía del interior de la casa y el cierre de la tienda de ropa de novias anexa -el viernes le cayó una rata en la cabeza a una clienta- eran factores que presagiaban "la lucha" para la erradicación del foco insalubre.

Un grupo de seis operarios municipales apoyados por tres vehículos, uno de ellos un camión grande, había abierto a primera hora la puerta de la vivienda donde se ha aplicado el protocolo del síndrome de Diógenes. Les recibió una nube de cucarachas, "de todos los tamaños y pelajes, de varios colores y muchas voladoras", apuntaba un señor que justamente escachaba a una en ese momento. Un poco más allá un trabajador, equipado como sus compañeros para afrontar el control de la plaga, mataba a otro insecto con un escobillón.

"No me dan miedo eso no es nada comparado con lo que hemos pasado aquí" apuntaba otra señora que añadía: "Hasta ayer (por el domingo) se veían, algunas ya muertas y en ese aparcamiento (lo señala) llevaba tres días un coche que tiene que estar lleno de ratas". Otro, trabajador en uno de los restaurantes cercanos, apuntaba: "Hemos limpiado a fondo el almacén anexo y pasamos a otro edificio la mercancía, Pero en estos días se comieron una caja llena de papas o tres de leche".

La semana pasada empezaron los primeros trabajos "con el veneno en la red del alcantarillado y dentro de la casa". Aseguran que "se nota porque nos dijeron que el efecto tardaría tres o cuatro días y ya hay menos ratas vivas y más muertas", aseguró otra vecina en una calle donde, en general, entienden "positiva" la actuación de Sanidad ante la plaga de roedores en el número 14. Aseguran que "estaremos expectantes y esperamos que cumplan lo prometido en el sentido de limpiar y luego tapiar la casa". Sobre todo, solicitan "que se impida acceder a la vivienda a la persona que ha causado este enorme problema".

Respecto a quien supuestamente sufre el síndrome, los hay que sienten "pena por él", pero también son conscientes de que "hay que solucionar este grave problema de insalubridad".

La climatología no ayudó ayer, con calor y con calima, pero los vecinos esperan que sea el inicio del final para su particular calvario.

Otro caso de "bichos de 4 patas, peludos y con rabo"

"No me atrevo a nombrar a los que parecen gatos debido a su tamaño, pero se trata de bichos de cuatro patas, peludos y con rabo. Uno, aislado, apareció la semana pasada y hoy ya los hemos visto en mayor número". Así se manifestó ayer un vecino de la calle Granados, en la Cruz de Señor, quien alaba al barrendero "que cumple con su trabajo", pero denuncia que "hace tres meses que no se limpia debajo de los contenedores, el origen del problema". Una de esas grandes ratas "entró en una frutería cercana y causó un gran revuelo". A eso hay que añadir, según la fuente, que "justo en la esquina han colocado enseres de todo tipo que llevan ahí semanas. Me pregunto si de oficio no lo puede recoger el servicio de limpieza municipal". El concejal de Medioambiente, Carlos Correa, anima a los vecinos que encuentren un roedor a denunciar a través del número 922 013 671, "porque los técnicos no pueden estar en todos los sitios de la ciudad". El también responsable de Sanidad ha admitido que, sobre todo en el centro, hay una plaga de ratas y en 2016 incrementará la partida para la desratización en un 25%, pasando de los 80.000 a los 100.000 euros.