Ni Villa Benítez, ni Ballester ni El Ramonal. Ni mucho menos Villa Ascensión o Cuesta de Piedra. "La Vuelta de los Pájaros es la Vuelta de los Pájaros", insisten sus vecinos. Entre la indignación de haber "desaparecido" de los datos oficiales del Ayuntamiento de Santa Cruz, "absorbidos" por otros núcleos cercanos, y el orgullo de pertenecer a uno de los barrios con más solera de Santa Cruz y del distrito Ofra-Costa Sur, al que pertenece. "Nuestro ámbito geográfico va de gasolinera a gasolinera", explica una vecina sobre los dos puntos de la carretera General Santa Cruz-Laguna que marcan "principio y fin".

Se enteraron el año pasado de que no estaban en la relación municipal de barrios "por casualidad, cuando reclamamos el baldeo de varias calles. Luego lo comunicamos al alcalde a través del whatsapp y nos contestó que él sabía dónde está la Vuelta de los Pájaros. Pues muy bien, a ver si se enteran los demás". Las calles Francisco Pizarro, Domingo Pisaca Burgada y Clemencia Hardisson (desde la farmacia de la curva de la carretera general hacia dentro) "pertenecen a la Vuelta de los Pájaros y no a Villa Benítez, donde yo nací y está más arriba", sentencian para zanjar una cuestión "dolorosa".

"La inseguridad y los síntomas de prostitución han mejorado", apuntan unos vecinos que quieren permanecer en el anonimato, pero "se mantienen, con repuntes, y gente cada vez más joven implicada. Hace falta más control y presencia de la policía".

El otro hándicap secular es la carencia de servicios para un sector que ha ido languideciendo. "El problema se mantiene. Aquí, donde casi toda la población es mayor, estamos muy abandonados". Ni un estanco ni un supermercado en los alrededores, "y para cualquier cosa, la obligación de coger el coche", añaden.

Entre las carencias -además de una carretera general, competencia del Cabildo, con el firme destrozado- están las zonas verdes. Fuentes vecinales apuntan a que "parques y jardines, como el de enfrente de la farmacia, están abandonados y sucios". Reclaman "la poda de un laurel de Indias escorado en una pequeña rotonda cercana". Reconocen mejoras como "el vallado de un chalet que tuvo ocupas y se pegó fuego, aunque una gran enredadera necesita también una poda urgente".

Los residentes también critican "la presencia de grandes vallas publicitarias en una zona de viviendas y de solares sin vallar", además de "la cantidad de coches acumulados sobre la acera de cualquier manera en la entrada del que era edificio de Iltesa, en la curva".

"Faltan puntos de luz y no han puesto ni una bombilla de Navidad", critican, "otra muestra de que no existimos". Los vecinos se quejan de "la falta de aceras en muchas zonas" y de "puntos negros para el tráfico, donde son necesarios pasos de cebra o semáforos, y ya ha habido atropellos".

Por ejemplo, en el cruce entre vías de mucho tránsito como las de Villa Ascensión, Vuelta de los Pájaros y Cuesta de Piedra. O en el límite con este último barrio en sentido bajada, cerca de Vitabana, donde hay una señal de prohibido mirando hacia abajo; el que viene de arriba no la ve y existe riesgo".

Reclaman una cita con el alcalde Bermúdez o el concejal Arteaga, "aunque no seamos una asociación de vecinos como tal, porque queremos que nos equipen el barrio, aunque sea invisible".

Nombre y situación

La existencia de un pajarero y, por lo tanto, de pájaros en la curva de la carretera general Santa Cruz-Laguna acabó por definir el nombre. Limita con El Ramonal, Villa Benítez, Villa Ascensión, Camino del Hierro, Ballester y el barrio del Perú.

Población

Unos 1.000 habitantes junto al cercano Ballester (de la Cervecera y LItografía Romero hacia abajo y hacia dentro), como lo denominan en Internet y aparece en la relación de barrios municipal.

Reseña histórica

Zona de huertas y grandes fincas de plataneras, como demuestran las humedades, herederas de las atarjeas situadas bajo las nuevas construcciones. El crecimiento de la ciudad la ha metido casi en el centro cuando estaba bastante en las afueras. Hay dos partes: una urbanización nueva, ubicada sobre el cauce de un barranco, y las casas terreras, habitadas casi todas por personas mayores, y con una tipología muy característica: adosados unifamiliares de entre una, la mayor parte, y tres plantas. En la parte más vieja, la procedencia de la mayoría de los residentes es el Norte y el Sur.

Servicios

Más bien pocos, según los vecinos, que lamentan la pérdida del cajero de una entidad financiera. "Dos gasolineras, tres bares y una farmacia", señalan. En cuanto a instalaciones deportivas, el desierto es absoluto. Los niños y jóvenes deben acudir a polideportivos cercanos. En transporte, usan la línea 014, interurbana, que llega a La Laguna. La parada Conservatorio del tranvía está cerca.

Los vecinos

El movimiento vecinal es prácticamente inexistente "y así nos va", señalan quienes allí viven. Hace unos años surgió como líder ante los problemas recurrentes de la inseguridad y la prostitución Santiago González, entonces un joven luchador, hoy en día residente en Los Realejos. Esa revitalización vecinal, sobre todo en la parte nueva, la de la urbanización de ese nombre, cayó en el olvido y lo demuestra que nadie quisiera dar la cara refugiándose en el colectivo, aunque sí opinar. "Es fundamental que intentemos crear algo porque estamos cada vez más abandonados. Tanto que, incluso, ya somos prácticamente invisibles".

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