"Santa Cruz es un jardín botánico único en el mundo". La frase es del prestigioso catedrático emérito de Botánica Wolfredo Wildpret, y con ella hace referencia a todo el municipio capitalino, de Anaga al Suroeste. Su paisaje está plagado de "joyas vegetales" que hasta ahora carecen de la normativa específica que le daría una ordenanza y de un catálogo de las especies que permita mejorar y garantizar su conservación. Ambas cosas las pedirá a través de una documentada moción al pleno municipal -avalada por el conocimiento y la experiencia de Wildpret, con cuya frase empieza- la concejala de Sí se Puede Yaiza Afonso.

Tres son las ideas fundamentales que pretende desarrollar Afonso en su propuesta. Por un lado, según explica, "la normativa específica sobre los árboles es casi nula o al menos muy escasa, lo que hace fundamental contar con una herramienta como es elaborar una ordenanza específica".

En segundo lugar, "me ha movido la necesidad de la protección de árboles singulares históricos. Y ahí juega un papel clave un catálogo que la ciudad no tiene. Solo existe uno parcial del Cabildo que incluye 13 árboles monumentales de la capital".

Por último, añade Yaiza, "está la razón cultural, que tiene que ver con la condición de jardín botánico como cualquier otro en el mundo. Eso supondría la creación de itinerarios botánicos, rutas pedagógicas específicas o actividades culturales en y sobre los árboles. Junto a las campañas de concienciación ciudadana".

Afonso lo resume así: "Los árboles están pegados a la historia de los lugares donde son plantados y en una ciudad suponen una inversión social, cultural y medioambiental. Traen, además, riqueza al simbolizar un reclamo para turistas y viandantes". La Guía de árboles de Santa Cruz recoge 65 especies arbóreas distintas y otras 64 arbustivas. Con parques de la magnitud del García Sanabria, La Granja, el Viera y Clavijo o ahora el Palmétum.

La lista en la isla es de 292 arboles monumentales, 12 de ellos en Santa Cruz: Barbusano de Aguirre (Anaga), Drago de Benijo (Anaga), Ceiba del Viera y Clavijo, Drago del Cura (Anaga), Tabaiba Dulce de Los Baldíos, Cardón de El Pilarito, Laureles de la plaza del Príncipe, Acebiño, Faya, Til y Viñátigo del Monte de Aguirre (Anaga) y Palmera canaria de la calle Méndez Núñez (la palmera del parque). A cuidarlos, mantenerlos y conservarlos. Como debe ser para poder disfrutar por mucho tiempo de los beneficios de "un bello y único jardín botánico".

"Joyas" ya perdidas

El catálogo insular de árboles monumentales y plantas de porte arbóreo reseña 13 en la capital tinerfeña, pero solo existen 12. El Drago de Pino de Oro, que dio nombre al barrio y al que se le atribuían 135 años, desapareció en 2005 por efecto de la tormenta tropical Delta. Tampoco existe ya el famoso baobab del callejón del Judío, cerca de la calle Castillo que, según las crónicas, "reunía caravanas de extranjeros ". Hoy lo suple un portentoso ejemplar entre Suárez Guerra y El Pilar.