Desconocen el origen del problema y las instancias oficiales -el Ayuntamiento de Santa Cruz o su Gerencia de Urbanismo- tampoco ofrecen una respuesta clara. "Pero eso no nos interesa, sino que nos den una solución", valora Roberto Lucas Herranz, presidente de la Comunidad Montserrat, formada por 24 viviendas y ubicada en los números 17 y 19 de la céntrica calle Carmen Monteverde. Asegura que "llevamos más de dos décadas sufriendo un calvario cada día cuya causa está en los dos solares abandonados y en el deterioro progresivo anexos a cada lado de nuestro edificio".

Estas tres parcelas están situadas casi en el cruce con la calle Juan Padrón y en paralelo a Miraflores con las que forma una manzana. Mientras la del centro se desarrolló urbanísticamente, las otros dos, "como pasa mucho en esta ciudad", apunta Lucas Herranz, quedaron abandonadas.

"Llevamos años intentando que el ayuntamiento haga caso y no hay manera. Hemos presentado muchos escritos (los más recientes fechados los pasados 20 de abril y 5 de mayo) y la respuesta es siempre la misma. Buenas palabras, pero luego no hacen nada".

Desde la azotea se ven los dos solares: a la derecha, señala la fuente, "el que tiene hasta piscina que se llena con la lluvia y es un foco de mosquitos, además de causar humedades en los garajes. Lo cierra un muro de bloques de apenas metro y medio. Cualquier día acabará un coche dentro del aljibe".

El otro solar, a la izquierda, presenta el aspecto de un descampado, con otra construcción ruinosa dentro.

"Vivimos en pleno centro, añade, y pagamos un IBI (unos 350 euros con la basura) como cualquier otro vecino. Solo reclamamos lo esencial: limpieza e iluminación (existe un único punto de alumbra-do público en este tramo de vía)".

Rodeados de inmuebles en riesgo, donde anidan las ratas, llenos de malas hierbas y de pintadas "en nuestras puertas -resume Lucas-, donde, por cierto, aparcan impunemente aunque pagamos un vado. Una especie de zona de guerra". Viven cercados entre ruinas.