En un entorno lleno de carencias en centros para educación infantil de 0 a 3 años, justo en el corazón de Añaza y en el número 1 de la calle Decano Consular Jesús Ramos González, un espacio de 2.500 metros cuadrados está perfectamente equipado para acoger a 140 niños "desde ya". Porque "la guardería está lista para abrir mañana", apuntan los directivos de la AV 8 de Marzo, que acompañaron a este periódico hace unos días en la visita a las instalaciones. Ya lo estuvo entre los años 2001 y 2013, integrada en el casi extinto proyecto de la ONG Tagoror. Su herencia la recogerá otra, en este caso El Fotingo, donde solo esperan a que se haga efectiva una subvención de la Dirección del Menor del Gobierno de Canarias ya aprobada, pero cuyo pago lleva desde principios de este año "bloqueado".

Lo primero que llama la atención es la amplitud. Y que, como anuncian desde el colectivo vecinal, está preparada para abrir de inmediato. Porque tiene cocina, un espacio enorme para juegos, gimnasio y dormitorio, unos baños adaptados y un gran patio. Todo lo necesario.

"A los políticos se les llena la boca con la necesidad de abrir escuelas infantiles", apuntan desde 8 de Marzo, "pero luego no hacen nada. Santa Cruz solo cuenta con Tara, aquí en Añaza, y Fayna en Ofra. El alcalde ha anunciado otras dos en la parte alta del Suroeste (El Sobradillo) y Anaga (Valleseco), pero el paso lo tiene que dar quien tiene las competencias: el Gobierno de Canarias".

Precisamente, Tagoror cerró en 2013 por falta de apoyo de las administraciones y sus ocho trabajadoras se quedaron en paro. Ahora la idea es reabrir "con un sentido social para ayudar a menores y familias en peligro de exclusión. Siempre en colaboración con los recursos oficiales como las UTS, en este caso del Suroeste".

La sede, antes y ahora, está ubicada por debajo del campo de fútbol del barrio y frente al colegio Secundino Delgado. Desde diciembre del año pasado se abrió el plazo de matrícula y la demanda ha cubierto ya las plazas con más de 200 familias en lista de espera. Pero la guardería sigue cerrada.

La intención era abrir el pasado febrero pero no ha sido posible hasta el momento. Pese a que junto a la apertura se impulsará un programa de prevención e intervención complementario a los servicios educativos y sociales. Y en un barrio que integra familias con distintas problemáticas. En su mayoría numerosas y monoparentales. Cabe destacar en este sentido el elevado índice de natalidad y la insuficiencia de recursos para cubrir la demanda socioeducativa.

"Hemos pedido hace dos meses una cita con la vicepresidenta del Gobierno y responsable de políticas sociales, Patricia Hernández, pero no se ha concretado todavía", apuntan desde el colectivo.

La instalación y el equipamiento están listos. Los trabajadores esperan a ser contratados y tanto los niños como sus padres aguardan el recurso como agua de mayo en el verano (si puede ser). Lista para abrir mañana... Si la burocracia lo permite, claro.