Al Cabildo de Tenerife le ha salido un aliado en su intento de controlar las poblaciones de cabras salvajes en los parques rurales de Anaga y Teno. Tres colectivos del Macizo de Anaga han solicitado sumarse al estudio que encargó hace unas semanas la Corporación insular a la empresa pública Gesplan para hacer un diagnóstico sobre las poblaciones de estos animales y los daños que pueden estar provocando.

Los colectivos que se han prestado voluntarios son la asociación de vecinos Los Pedacillos, de San José del Suculum; la asociación de vecinos La Voz del Valle, de Taganana, y la asociación Emeger, de Anaga.

Y lo hacen con un argumento de peso: nadie mejor que los vecinos del Macizo conoce el terreno por el que se mueve el ganado guanil, que se extiende ya por diferentes valles y barrancos. Por eso quieren que Gesplan los haga partícipes de su trabajo.

En un escrito dirigido a la Subdelegación del Gobierno, Cabildo de Tenerife y Ayuntamiento de Santa Cruz, las asociaciones citadas explican que la presencia del ganado guanil en Anaga es conocida desde hace más de 15 años, aunque ha pasado de estar en un foco localizado a extenderse por varias zonas, con lo que es muy difícil cuantificar ahora mismo el número de ejemplares.

Solo en el barranco de Anosma, detallan, se ha llegado a cuantificar este mismo verano una treintena de cabras salvajes, aunque en otros puntos también se han detectado ovejas.

Los Pedacillos, La Voz del Valle y Emeger, y en sintonía con denuncias formuladas por varios particulares, advierten de que estos animales están accediendo a cultivos, originando graves destrozos en árboles frutales, papas o bubangos, además de en vallados, cercas y paredes de piedra.

Por ello proponen, aunque sin criminalizar a unos animales que llegaron al lugar de la mano humana, varias fórmulas para su control. Tras el estudio de Gesplan, y en una actuación "inicial y a corto plazo", precisan, se podrían hacer apañadas para capturar vivos algunos animales y también cazar otros -lo abrupto del terreno obliga a tomar esta medida, que llevarían a cabo cazadores federados-, con la idea de realizar una "drástica reducción" de las poblaciones.

Actuaciones todas que tendrían que estar supervisadas por las administraciones competentes, para minimizar los riesgos de todo tipo.

Los tres colectivos de Anaga proponen, además, que se estudie la puesta en marcha de un programa de introducción de aves carroñeras o necrófagas en Anaga, en concreto en la Reserva Integral de Ijuana.

Para el mantenimiento de las poblaciones de este tipo de aves -cuervos, por ejemplo-, subrayan, se podrían abatir ejemplares de cabras asilvestradas de forma escalonada, sin llegar a la erradicación completa, pero teniéndolas controladas en número y en lugares concretos.

Es más, destacan las asociaciones mencionadas que se podría estudiar la introducción de nuevo del desaparecido guirre, ave que hasta finales de los años sesenta y principios de los setenta del pasado siglo existió en los actuales terrenos que ocupa la Reserva Integral de Ijuana.

Del mismo modo, estos colectivos piden que se haga un recuento y control de los animales domésticos (ganadería) que actualmente existen dentro del Parque Rural de Anaga, en especial las poblaciones de cabras y ovejas.

No obstante, un control que "debe venir acompañado de ayudas, técnicas y económicas, facilidades y colaboración por parte de las administraciones públicas con los cabreros y ganaderos del Parque Rural de Anaga".

Y es que para Los Pedacillos, La Voz del Valle y Emeger esta relación debe ser "positiva", "constructiva" y de total colaboración, para que la actividad ganadera siga viva dentro del Parque Rural de Anaga y Reserva de la Biosfera, "como seña de identidad y forma de vida de los vecinos y propietarios del Macizo de Anaga".

Encargo a Gesplan

El Cabildo de Tenerife encargó hace unos días a la empresa pública Gesplan un estudio sobre la presencia del ganado guanil en los parques rurales de Anaga y Teno. El presupuesto destinado a tal fin asciende a 32.092 euros y el plazo de ejecución que tiene la empresa para llevar a cabo el trabajo es de cinco meses a partir de la aprobación de la encomienda.

Extendido por Anaga

Las cabras salvajes -también algunas ovejas- se encuentran en los barrancos y laderas de la zona conocida como la Punta de Anaga, abarcando la Reserva Integral de Ijuana, entre los barrancos de Antequera, Ijuana, Anosma, Chamorga, Roque Bermejo y la costa que comprende desde el Faro de Anaga hasta El Draguillo. Igualmente, se ha detectado su presencia en las partes altas de los valles de San Andrés, en concreto en el barranco del Cercado (en las zonas del Rodeo Alto, Chiguel, Valle Marcos y en el Majimial, en María Jiménez).

Caza furtiva

La caza furtiva, una actividad ilegal, permitió durante años que las poblaciones estuvieran controladas. Una vez erradicada, las manadas no han parado de crecer, con gran presencia de machos por la muerte de las hembras afectadas por "tetera".