La Refinería Tenerife de Cepsa celebró ayer un simulacro de emergencia general con el que la Compañía ha puesto a prueba su capacidad de respuesta ante emergencias, con un amplio despliegue de medios técnicos, materiales y humanos.

El escenario escogido para la prueba fue la planta de distribución, el punto en el que se cargan las cisternas que realizan el transporte de los combustibles que salen de la Refinería por vía terrestre.

El ejercicio, que exigió la activación del Plan de Emergencia Interior (PEI) de la Refinería, se desarrolló en torno a dos supuestos: una fuga de vapores de queroseno por acople inadecuado de uno de los brazos de carga a una cisterna, que originó una ignición y un derrame posterior del combustible alojado en las mangueras, y la llegada simulada de parte del queroseno derramado a la unidad colindante, la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, creando una nube de vapores inflamable. En ambos casos se simuló el rescate y evacuación de un herido.

El simulacro de ayer implicó la movilización inmediata de los equipos de operaciones, de logística, relaciones sociales y de la brigada permanente de defensa contraincendios de la Refinería, así como del servicio médico del centro, el cual dispone de una ambulancia propia.

Todos los sistemas de detección y extinción de incendios del escenario escogido para el ejercicio fueron puestos a prueba, activándose los medios fijos de la propia instalación, así como los medios móviles contraincendios con los que cuenta la Refinería, entre los que destaca un gran vehículo contraincendios con dotación propia de espuma y polvo químico, que dispone, además, de dos monitores de gran caudal para propulsar ambos agentes extintores.