El Sindicato CSI-F en la Policía Local criticó ayer "la instalación y uso del llamado semáforo foto-rojo situado en Miramar, el cual tramita una media de 300 denuncias mensuales, porque sustituye a agentes por este sistema, cuya finalidad principal es puramente recaudatoria".

El delegado del sindicato, Jesús Illada, recuerda: "Existe una sentencia del Tribunal Supremo que establece que este tipo de aparatos deben pasar un metraje para garantizar su funcionamiento, concretamente la hora y el día en que se efectúa la fotografía que sirve de prueba, y no ha pasado por este proceso, el cual se lleva a cabo en Madrid".

Para Illada, "la concejal de Seguridad se ha percatado de que no puede suplir la falta de agentes con la celeridad necesaria y ha optado por estos aparatos. Un nuevo error".