Visibilizar, apoyar y sensibilizar con la dignidad como premisa". La frase del concejal de Asuntos Sociales de Santa Cruz, Óscar García, unida a su elocuente "Carlos me ha ganado al ajedrez", resume la filosofía de la Feria de las Potencialidades, inaugurada ayer en el patio del Centro Municipal de Acogida (CMA) para que cada uno, asegura García, muestre que "es el mejor en su estilo y lo comparta con los demás". Es una de las actividades centrales de la Semana para Personas Sin Hogar que culminará el domingo, previo al 28 de noviembre, Día Mundial de los que no tienen un techo donde cobijarse cada noche.

María del Mar, habitual de las calles hasta hace poco, se presenta limpia y arreglada. Dice que "hoy (ayer) es mi cumpleaños". Dolores aclara que, aunque nació en Las Palmas, viene de Cataluña. Son dos ejemplos de usuarias del Albergue, personas vulnerables que están saliendo adelante.

A EL DÍA lo recibe el que casi es más pedagogo que trabajador social, Juan David García, coordinador de la empresa Grupo 5, que gestiona el Servicio Integral a Personas Sin Hogar (SAIPSH).

García muestra el centro de día, auténtica área "de respiro" del CMA. Abierto de nueve de la mañana a siete de la tarde y dotado de un área de "cibernética útil" para la integración social. El equipo lo forman dos animadores, dos psicólogos y y dos pedagogos, de lunes a domingo.

Juan David enseña el despacho del trabajador social, que hace la evaluación inicial, y frente a la consigna donde el usuario deja sus cosas por primera vez. La ubicación de la seguridad y el dispensario de las medicinas dan paso a las habitaciones individuales con un concepto de "ciudadela vecinal" respetuoso con el origen y la humilde tipología popular. Con un espacio para cada individuo y con áreas para hombres y mujeres o para las personas de movilidad reducida. También con el módulo de familia para que, salvo los menores, por impedimento legal, puedan estar juntas parejas de hecho del tipo que sean, padres o madres con hijos, etcétera.

Es un edificio antiguo y la humedad pugna por emerger entre baños adaptados que rezuman limpieza, un comedor para cientos de comensales, usuarios o no, y un "hall" donde cuelgan las fotografías del proyecto de una psicóloga del centro de día que tras meses de trabajo hoy es una realidad en forma de muestra con retratos de usuarios. Margarita, que no pudo estar el día de la sesión, los señala orgullosa.

Al fondo de la primera planta -en la segunda están las 27 habitaciones de la esperanza que anteceden al regreso a la calle- está el jardín. Inmaculado, limpio, ordenado... Gracias a la labor en el mantenimiento de Buba, usuario magrebí. Junto a él, Rubén, psicólogo que da fe de que "salen adelante".

En el patio, mientras tanto, sigue la fiesta. La del encuentro entre más de un centenar de usuarios del CMA con otros tantos chicos de las Escuelas Pías, La Pureza o el IES María Rosa Alonso de Añaza. También hubo hueco para los miembros de dos colectivos invitados que se ocupan de la salud mental: Afes -afanados en elaborar productos de alfarería canaria- y Atelsam -cosiendo ropa reciclada desde el taller del Centro ocupacional de costura-.

En otro ámbito del patio, música y carteles que representan las "etiquetas" simbólicas que se van descolgando una a una en la realidad.

La frase de García Márquez, lema central del tríptico que publicita esta Semana de las Personas sin Hogar, es el mejor epílogo: "Un hombre solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo cuando ha de ayudarle a levantarse".