El colectivo Queremos Movernos pone en duda algunas de las mejoras publicitadas como tales en las redes por el distrito Salud-La Salle, pues, desde su punto de vista, dejan de lado a las personas con movilidad reducida.

Cita entre ellas la fuente-bebedero instalada en la plaza Mascareño, "que no puede utilizar una persona que vaya en silla de ruedas". "No han tenido en cuenta que a las personas con discapacidad también les hace falta una fuente donde calmar la sed", remarca el colectivo que preside Ana Mengíbar.

También pone en duda Queremos Movernos una obra realizada en la calle Ramón y Cajal, esquina con Benavides, en la que no se ha hecho el rebaje en la acera. "¿Por qué han dejado tanto obstáculo?, ¿y las bandas de encaminamiento?, ¿y tanto cambio de textura?", se pregunta el colectivo.

Del mismo modo, critica Queremos Movernos que los aparatos de gimnasia instalados en el barrio La Cepsa (Los Gladiolos) no puedan ser utilizados por personas con discapacidad.

"Para hacer obras de accesibilidad se necesita algo más que cemento", subraya el colectivo

"Para hacer obras de accesibilidad se necesita algo más que un saco de cemento y una cuchara; se necesita quien las dirija y asesoramiento y control", reclama. Y añade: "Sinpromi realizó el Plan Municipal de Accesibilidad, por tanto, ¿qué menos que contar con ellos para auditar las obras y evitar estos disparates?"

"Ya está bien de chapuzas y de cosas mal hechas. ¿Alguna vez nuestro querido consistorio empezará a aplicar parámetros de calidad?", se pregunta Queremos Movernos, que lamenta que "ciertamente la sensación es de tristeza. Esto no es de recibo. Así nunca situaremos a Santa Cruz en el grupo de ciudades comprometidas con las personas".