Lo primero que sorprende es la naturalidad con la que los vecinos del entorno del Polvorín de Geneto conviven con estas instalaciones militares a pesar del riesgo que conlleva el almacenamiento de un desconocido número de kilos de explosivos a las puertas de sus casas. Durante años nadie ha dado explicaciones, pero la verdad es que tampoco se han solicitado, pese a que el peligro es una alternativa no descartable m . En la actualidad está suspendida la concesión de licencias para construir, un asunto que ha llegado al Tribunal Supremo (TS), donde invariablemente se da la razón al Ministerio de Defensa.

Previamente se ha ido consolidando un núcleo de viviendas situadas en el entorno de la calle El Polvorín en el que en la actualidad pueden residir alrededor de un centenar de personas. Este cuartel se encuentra en el límite entre Santa Cruz y La Laguna, cuyas gerencias de urbanismo han otorgado permisos sin tener en cuenta la prohibición estatal. Por ello, podrían enfrentarse a indemnizaciones millonarias.

Federico Molina dice que a lo largo de los treinta años que reside en este lugar nunca ha tenido ningún problema, incluso ha visitado el interior de las instalaciones militares. Cuando hizo su vivienda era posible construir, lo que hoy resulta inviable. Particularmente asegura que "de momento" no se siente inseguro.

Sonia Mendoza ha vivido durante toda su vida al lado del Polvorín y jamás ha percibido ningún tipo de peligro. Su familia lleva más de cuarenta años residiendo en este enclave. "El propio nombre ya te indica que hay explosivos dentro pero nunca hemos sentido que estemos en un lugar inseguro o que nuestra vida corra peligro". Apostilla que enfrente del mismo cuartel hay unas estructuras inacabadas de promotores que intentaron edificar pero que no pudieron sortear la prohibición.

No relaciona la cercanía al Polvorín con el anuncio que les hicieron llegar hace años de que serían reubicados porque se iban a construir una serie de calles en este entorno. "No sé lo que será verdad o mentira y si eso era una excusa porque lo estoy oyendo desde hace un montón de tiempo".

Carmen Nieves Medina García lleva casi medio siglo viviendo en este barrio. Cuando llegó apenas había una o dos casas. Nunca ha sentido inseguridad pese a que tampoco les han dado demasiada información sobre lo que ocurre en el interior de las instalaciones. Hace tiempo, eso sí, les comunicaron que había menos explosivos y que estaban retirando el material más peligroso. "Pero nosotros no lo sabemos. Eso es lo que dicen ellos. Nunca nos ha dado muchos quebraderos de cabeza".

Entre las anécdotas recuerda que cuando se ha producido algún conato de incendio los militares son los primeros en acudir a sofocarlo, "sobre todo porque les beneficia a ellos. Para nosotros eso siempre ha sido como un cuartelillo militar normal". También señala que antes de llegar se produjo una explosión o que cada cierto tiempo escuchan una alarma aunque no saben cuál es la razón. "Ahora suena menos, debe ser que hacen algún tipo de simulación pero para nosotros esto nunca ha sido algo peligroso".

Medina García cree que la Asociación de Vecinos Siete Islas es la que debería reclamar más información pero también considera que en parte ellos mismos son los responsables de esta dejadez. "Para nosotros El Polvorín ha sido más que nada un punto de referencia, como si me hablas del Muñeco de nieve", dice en relación a la conocida escultura que se encuentra en la cercana rotonda. Añade: "Aquí no sabemos ni la profundidad de esas instalaciones, ni el armamento que puede guardar...". No ve malicia alguna en la actual desinformación.

Afirma Nieves que desde siempre han estado sometidos a restricciones para edificar. Por ejemplo, los militares les prohiben construir más de dos pisos o abrir ventanas en dirección al Polvorín lo que interpreta como un intento de no ser espiados. En alguna ocasión más de un vecino ha recibido la visita de un soldado después de haberlo visto observando con unos prismáticos o una cámara de foto. Por supuesto, frente a la puerta del cuartel se advierte de la prohibición de sacar fotografías.

Federico

Molina

vecino de el polvorín de geneto

Sonia Mendoza

Vecina de El polvorín de geneto

Carmen Nieves

Medina García

Vecina de El Polvorín de Geneto