"No quiero ayudas para comprarme un coche ni para ir a los bares porque no me tomo ni un cortado. Lo que solicito es algo tan básico como el pago del agua y la luz porque no tengo recursos. Si no abono los 170 euros que me quedan del último recibo de la compañia eléctrica me cortarán el suministro a final de mes. También pido para comprarle una cama-nido a mis hijos y no tengan que dormir en el suelo como hasta ahora". Lo asegura Ana María, una madre que vive de ocupa con Airán (16 años) y Leire (5) en una vivienda del barrio de El Draguillo (Suroeste).

"Aquí llevo siete meses -relata la afectada- porque una amiga me dejó las llaves. Antes estuve seis años de alquiler en un piso de esta zona, pero ya debía 6.000 euros y me tuve que marchar de allí. Me metí aquí porque era o esto o que mis hijos se quedaran en la calle. Pero avisé antes a Vivienda de lo que hice. Allí lo saben. Luego me ayudaron algunas personas a adecentar y pintar un piso que estaba en malas condiciones".

Hace cuatro años que Ana María no trabaja y algunos menos que tampoco recibe ninguna ayuda. De hecho, "solo me entran los 200 euros de manutención del padre -está separada- cuando la paga, que no es siempre ni mucho menos. No tengo ni PCI ni ninguna otra ayuda similar. Me pagaron en su día seis recibos del alquiler y ya no tenía derecho a más".

Su última tarea remunerada fueron "los seis meses del convenio de empleo del Ayuntamiento de Santa Cruz. Al menos cobré 800 euros mensuales durante ese medio año". Antes trabajó mucho tiempo "en negro".

Hasta ahora, "el agua y la luz las he pagado gracias a las ayudas sociales del ayuntamiento. El sistema es pedir un aplazamiento cuando llega el recibo y acudir a la cita con la trabajadora social en la UTS. La última fue el pasado día 8 y me han dicho que ya no me pagan más el agua porque gasto mucha. Son 60 euros pero tengo que bañarme y mis hijos también. ¿O es que ellos no se bañan?".

Otra reclamación de la afectada es "un bono de transporte, que me hace mucha falta, porque a todos lados tengo que ir caminando. Cada vez que lo pido me dicen que no tienen, pero conozco gente en situación similar a la mía y sé que les han dado hasta tres".

En cuanto a la luz, explica que "en diciembre me llegó un recibo de 340 euros La mitad me la abonó una ONG, Nuevo Futuro, lo cual agradezco mucho. En la cita con el IMAS me dijeron que no me iban a pagar el resto, unos 170, y debía buscarlos yo".

Ana María es natural de La Corujera (Santa Úrsula). "Mi madre es viuda, somos trece hermanos, algunos todavía viven en la casa familiar y también tienen problemas". De su pueblo natal emigró a Taganana -tras casarse- y allí residió diez años, señala.

Un grito para casi concluir: "Pido ayuda para que mis hijos tengan un sitio decente donde dormir". E insiste antes de acabar: "No pido nada que no necesite". Próxima cita en la UTS: 30 de marzo.