El perfil del contratante municipal confirmó esta semana el acuerdo de la Junta de Gobierno del pasado 28 de noviembre de 2016 para adjudicar la concesión del uso del suelo del dominio público para la reapertura del quiosco-bar de Tomé Cano a la empresa Gestyona Recursos y Proyectos SL. La concesionaria deberá afrontar una inversión inicial de 199.841,91 euros, además de un canon anual (durante diez años) de 9.360 .

El canon comenzará a devengarse a partir del día siguiente del plazo máximo de terminación de las obras de acondicionamiento del quiosco. Estas prescindirán completamente de la estructura actual de madera para levantar una nueva. En un único módulo se integrarán el quiosco, el almacén y los baños, creando un equipamiento totalmente accesible y actualizado conforme a la normativa en vigor. El área de mesas tendrá 120 metros cuadrados.

La reforma está planteada con el uso de materiales duraderos que permiten un fácil montaje y desmontaje, realizado con una única estructura metálica anclada sobre elementos de hormigón.

Todos estos conceptos han tomado como inspiración la figura y la obra del almirante Tomé Cano, considerado el mejor ingeniero naval de su época.

La de Gestyona ha sido considerada la mejor oferta entre las seis presentadas. Además acudieron a la convocatoria pública Monterrey Tacos Meridiano SLU, Araceli Sánchez Hernández, Negrarep, Airam Jesús Afonso Cabeza (Paviestum) y Vincenzo Colangelo.

Los vecinos de este entorno de la capital tinerfeña, en el distrito Salud-La Salle, han relacionado el declive de los últimos años en la zona a partir del cierre de este quiosco de madera, que ocupaba el espacio central de la plaza, tras acabarse la concesión administrativa. Tienen claro que "daba mucha vida".

Como ocurre también con la cafetería La Meta, justo enfrente, cerrada y otro lugar emblemático, famoso, entre otras cosas, porque ahí iba a comer el malogrado futbolista Rommel Fernández, que vivía encima. Tiene puesto el cartel de "Se Vende" hace años. Ambos eran mentidero y punto de encuentro para cientos de personas que viven o transitan a diario por allí. El aperitivo o la caña al final del día se habían transformado en "no saber a donde ir". Es de esperar que sea ya por poco tiempo.

El "barco" de Tomé Cano

El nuevo quiosco bar de la plaza de Los Sabandeños, en Tomé Cano, imitará las formas de la quilla y las velas de un barco en homenaje al científico y tratadista de la navegación que da nombre a la vía, marino en la punta de lanza de la ingeniería naval española. En efecto, Tomé Cano fue un científico, nacido en Garachico sobre 1545 y fallecido en Sevilla en fecha posterior a 1618. Navegó desde muy joven y hacia 1569 superó el examen de piloto de la carrera de Indias en la Casa de Contratación de Sevilla. Realizó numerosos viajes a América y alcanzó un notable prestigio como técnico, por lo que redactó informes sobre cuestiones náuticas a petición del Consejo de Indias y de la mencionada Casa de Contratación. Cano debe su relieve histórico a publicar el "Arte para fabricar, fortificar y aparejar naos" (1611), tercer texto sobre ingeniería naval impreso en el mundo. Los dos anteriores fueron también españoles. Cano recogió la experiencia acumulada durante más de un siglo por los constructores de naves hispanos. Se apoyó en el consejo de Lucas Guillén de Veas, "maestro mayor de fábricas de navíos por Su Majestad", y de su hermano Juan de Veas, considerado el mejor ingeniero naval de su tiempo, "título" que él heredó.