Didáctica, conocimiento de la materia a exponer y herramientas fundamentales en el discurso a la hora de hablar en público. Esas fueron las "armas" de los ponentes que hace unos días ofrecieron la charla sobre el patrimonio de Santa Cruz y sus BIC (Bienes de Interés Cultura) a un grupo de entre 65 y 70 chicos de 15 a 17 años en el IES Tomás de Iriarte de Ofra. De este lado, el de los jóvenes, al menos valorar la valentía de responder a las preguntas según la opinión de los expertos. Pero también la demostración de que queda mucho por hacer a la hora de conocer y comprender la realidad histórica y cultural del ámbito geográfico más cercano: el del lugar donde uno vive.

Tal y como señaló de entrada el conferenciante, Eduardo Zalba -acompañado de Javier Soler- ante la presencia del subdirector del centro, Luis Portela, "un BIC no es solo un bolígrafo". Recordó los 44 de la ciudad -la que más en Canarias- y amplió la lista a otros muchos espacios a considerar.

En su introducción, la concejala Yolanda Moliné había aportado una clave: "Lo que no se conoce no se puede llegar a querer". Y, al menos en esta ocasión, la conclusión es que hay un enorme desconocimiento.

Apoyado en diapositivas, Zalba fue desgranando aspectos del patrimonio, incluido el inmaterial, del municipio de Santa Cruz. Sin querer cargar las tintas y al margen de anécdotas más o menos graciosas hay que decir la verdad. Por ejemplo, la respuesta a qué es el Templo Másonico de la calle San Lucas que tiene que ver "con las amazonas" o una imagen del teatro Guimerá como antepenúltima parada del tranvía que obtuvo esta respuesta: "Fundación". Ni la Gesta del 25 de Julio, datada por algunos en el siglo XII, o el embarque de la Virgen del Carmen. Solo el Carnaval pareció despertar cierto interés.

Ni siquiera el fabulista portuense Tomás de Iriarte, que da nombre al centro, fue reconocido. Y al joven auditorio le costó identificar un lagar, la Casa de Carta, el Viera y Clavijo, la iglesia de La Concepción, el Castillo de San Andrés o los Roques de Anaga.

El balance, que intentaban matizar tanto la concejala como los docentes y quienes dieron la conferencia, no puede ser más que uno: en materia de Patrimonio cultural e histórico de Santa Cruz queda casi todo por conocer.

En los IES públicos

La exposición itinerante pretende mostrar a los estudiantes del municipio los atractivos de su patrimonio histórico y cultural y la diversidad de bienes arqueológicos, etnográficos, arquitectónicos y tradicionales inmateriales que atesora.

La muestra es una iniciativa de la Concejalía de Patrimonio Histórico, que preside Yolanda Moliné, y arrancó el pasado mes de diciembre en El Chapatal y el Benito Pérez Armas. Queda instalada durante una semana en el centro educativo. Iniciativa de Cultania, una joven empresa canaria especializada en la gestión cultural y el patrimonio histórico, el itinerario lo complementa una charla introductoria de 30 minutos. La exposición, compuesta por 12 paneles de grandes dimensiones, hace un repaso por los elementos más singulares del patrimonio de Santa Cruz, estén o no declarados BIC. Así, a través de textos y material gráfico diverso, se propone un recorrido que incluye la mención de bienes arqueológicos tan importantes como el barranco del Muerto, el del Pilar o La Gallega; de edificaciones de interés etnográfico e histórico como la Hacienda de Las Palmas de Anaga o los molinos de Llano del Moro, Barranco Grande y Cuevas Blancas. También hay sitio para expresiones populares y tradiciones como el Carnaval, la Semana Santa, las Cruces de mayo o La Gesta del 25 de Julio. Igualmente, la muestra atiende a la enorme diversidad que posee el patrimonio arquitectónico del municipio, que reúne ejemplos singulares en sus monumentos o en los grandes conjuntos históricos como el Antiguo Santa Cruz, El Toscal o el denominado Barrio de Los Hoteles. Finalmente, se destaca la prolífica presencia del patrimonio en la vía pública con sus plazas, alamedas, fuentes o esculturas, entre las que sobresalen las vinculadas a las exposiciones internacionales en la calle celebradas en 1973 y 1994.