EL DÍA publicó en su edición de ayer la noticia de que la Policía Local de Santa Cruz había detectado un furgón de comida destinada a hospitales que no reunía las preceptivas medidas sanitarias. No es un hecho aislado. Tanto, que el pasado 21 de marzo, agentes del cuerpo capitalino intervinieron en un vehículo que transportaba mercancías perecederas e incumplía las normativas de temperatura.

Los hechos ocurrieron la mañana de ese día en el cruce del Viaducto. Según el informe policial, al que ha tenido acceso este periódico, un camión, procedente de una nave en Güímar, se averió y al interesarse los agentes por la carga el conductor manifestó transportar mercancías perecederas, en concreto quesos, mantequilla y nata.

El medidor de temperatura marcaba 12 grados. El acuerdo sobre transportes de mercancías perecederas de 2013 establece que "el queso no puede exceder de 6 y la mantequilla debe estar a -10. El chófer manifestó que podía llevar los artículos entre 2 y 8 grados". Las fuentes consultadas explican que "el equipo de frío no funcionaba porque el camión no arrancaba y se solicitó la presencia de los inspectores de sanidad municipal. Este camión frigorífico dispone de dispositivo térmico no autónomo; si no está arrancado, no refrigera".

Según el conductor, los destinatarios de los seis palets -alrededor de una toneladad de alimentos- eran un hospital, varios supermercados, cafeterías y un hotel, todos en la capital tinerfeña. Al poco se presentaron dos inspectores de sanidad municipal y midieron la temperatura. Ya era de 17,1 grados.

Los inspectores dieron aviso a Salud Pública del Gobierno de Canarias al entender que se podría haber roto la cadena de frío y, por tanto, existir riesgo en el consumo humano.

Asegura el informe que "desde Salud Pública comunicaron por teléfono que no acudirían al lugar de la intervención y determinaron que la grúa retirara el vehículo y el inspector de la Comunidad Autónoma iría al taller".

Los responsables de la empresa transportista manifestaron allí mismo que "cuando lleguemos al almacén, daremos frío a la mercancía y esperaremos al inspector".

El informe policial sobre este caso deja claro desde la perspectiva de los agentes que "no comprendemos cómo con toda la mercancía perecedera transportada en las condiciones descritas se le autoriza al vehículo a continuar hasta un taller de mecánica para la posterior inspección de Salud Pública". Fuentes sindicales, en concreto uno de los delegados de CCOO en la Policía Local de Santa Cruz, valoraron ayer lo ocurrido: "Nosotros cumplimos con nuestro trabajo, pero hay una descoordonación entre los departamentos de Sanidad del Ayuntamiento de Santa Cruz y del Gobierno de Canarias". Para las fuentes, "lo peor es que en el caso de la comida destinada a los hospitales -mal transportada porque el modelo responde a cómo se sirve en las plantas y no a una correcta colocación en el vehículo- llegó a su destino. Y en este otro incidente depende de la voluntad del empresario si retira o no la comida porque no hay documento que acredite nada. ¿Por qué no se precintaron los vehículos y se bloqueó la partida? ¿En qué lugar quedamos los policías? El protocolo con la sanidad municipal funciona, pero a partir de ahí la cadena se pierde y no se cumple. Y hablamos de alimentos de consumo humano".

Salud Pública no ve riesgo en los alimentos

La Consejería de Sanidad concluyó ayer que los alimentos trasportados entre dos centros hospitalarios por un camión denunciado por la Policía Local de Santa Cruz al no reunir, según los agentes, las condiciones sanitarias que se requieren no suponen "riesgo alguno" y las condiciones para su transporte "son las adecuadas". El servicio de Inspección y Laboratorios del área de Salud de Tenerife efectuó ayer una inspección tras recibir el martes la notificación de la Policía Local.

En dicha inspección se comprobó que la empresa está especializada en transporte de comidas, y cuenta con registro sanitario. Además, el vehículo cumple con condiciones adecuadas para el transporte. La inspección de las características del transporte concluyó también que los alimentos se transportan en condiciones que evitan contaminaciones y que permiten la adecuada conservación de temperatura, y se encuentran construidos con materiales idóneos y aptos.

Además, detalló que los alimentos trasportados tienen características específicas y su transporte en las condiciones en que se desarrolla habitualmente durante 10 minutos no supone riesgo para la salud del consumidor: los alimentos implicados son destinados, básicamente, a usos médicos para la correcta nutrición de personas enfermas con capacidad de ingestión limitada. Por ejemplo, en el caso del yogur se conserva en cámaras de refrigeración a temperatura correcta hasta el momento de su incorporación a las bandejas. El periodo de tiempo que permanece a temperatura ambiente, unos 10 minutos, no es determinante para considerar que se produzca riesgo asociado a la ruptura de cadena de frío, dada la especificidad de este producto.

En respuesta a Sanidad, la Policía Local hizo ayer en su perfil de Twitter la siguiente pregunta: "¿Es idóneo a la vista de la ficha técnica del furgón y que carece de preceptiva autorización para el transporte de perecederos?".