"Lo malo es que se desmorone y le caiga a alguien encima". Así resume un vecino la preocupación de quienes residen en la calle José Rodríguez Moure, en el barrio de El Perú, ante el ruinoso estado que presenta la vivienda ubicada en el número 9.

Abandonada "desde hace un montón de años", la instalación, construida en mayor medida con piedras y ladrillos de barro, se ha ido deteriorando con el paso del tiempo, de tal forma que las grietas que atraviesan la fachada son perfectamente visibles desde la vía.

Es más, hace algo más de un año se desprendió una parte de la cornisa -unos 60 centímetros- que alcanzó en la cabeza a una vecina que transitaba en ese momento por la acera. Tras el incidente, al que tuvieron que asistir sanitarios, la Policía Local de Santa Cruz valló y perimetró la zona. Y así sigue.

Sin embargo, y según diversos residentes en la calle consultados ayer, el vallado del perímetro, que se cae con frecuencia cada vez que hay viento, no ha supuesto una solución al problema.

"Cuando ocurrió el suceso nos dijeron -desde el ayuntamiento- que iban a poner cartas en el asunto. Pues mire, más de un año después, todo sigue igual, o peor", sostuvo un vecino, que prefirió no identificarse.

Según explicó, la vivienda fue abandonada desde hace años por sus herederos, propietarios de otras viviendas en la misma vía. "Podría estar afectada por el trazado de una vía que uniría José Rodríguez Moure con la vía paralela", indicó este vecino. Ni este ni el resto de aspectos pudieron ser contrastados con la Gerencia de Urbanismo.

Este residente sostuvo que, aunque la casa ha permanecido "casi siempre" con las puertas y ventanas tapiadas con tablas, "desde hace un tiempo" una de las ventanas está abierta. "Y últimamente se metido gente en ella, no sé si para ocuparla o para hacer otras cosas", relató este ciudadano. "Con el consiguiente peligro que ello conlleva, porque los techos se están cayendo, al igual que las paredes", advirtió.

En esta línea, denunció que la edificación ruinosa, que en su origen fue una ciudadela en la que vivían varias familias, se ha convertido también en un nido de ratas, que salen de ella y deambulan luego por toda la calle.

"Deben tomar cartas en el asunto. O la derriban o que busquen la manera de sellarla", remarcó otro vecino, quien sostuvo que una de las esquinas de la vivienda, la que da a un pequeño jardín que la gente aprovecha para que defequen sus mascotas, está sostenida por el tubo y el cabe de la luz.