Mujeres jóvenes, pero ya madres con sus hijos en brazos, mayores o gentes de mediana edad. Todos en riguroso orden de llegada y con rostros que mezclaban cierta vergüenza con la dignidad de saber que estaban "en lugar seguro". Unas 250 unidades familiares -detrás se esconden muchas más personas- acudieron ayer al reparto semanal de alimentos de la ONG AV García Escámez. El entorno de su sede, en la Rambla Principal del barrio de Ofra-Costa Sur, amaneció pleno de actividad.

Ese "ángel" que es África Fuentes, presidenta, "alma mater" y mucho más de este colectivo solidario se desvivía con sus fieles "escoltas", Rocío y Andrés, para que todo fuera bien. El Banco de Alimentos, BancoTeide, había pedido adelantar la jornada que se repite cada viernes para comprobar esa cruda realidad que a veces cuesta ver.

En medio del jaleo, TVE grababa la jornada para emitirla en el programa Repor. Por allí pasaron buena parte del más de medio centenar de voluntarios con sus chalecos amarillos, los usuarios, la mayoría habituales, y unos medios de comunicación entre sorprendidos y concienciados de una realidad en ocasiones difuminada.

Andrea, voluntaria como todos, desde su puesto de la oficina del segundo piso recordó que como garantía distribuye "información sobre la posible fecha de caducidad de lo que ofrecemos" y desglosó los productos que formarán la "cesta básica": leche -apenas había hasta que llegó el furgón milagroso de Tu Trébol Hipermercado-, zumos, garbanzos, pasta de macarrones, habichuelas, crema de calabaza, atún... Nada va a faltarle a quienes nada, y todo, esperan. Mucho menos lo destinado a los niños, porque "no escatimamos nada. Lo que sea necesario y a demanda", dice Andrea.

Jesuman, Pescados Goyo, Comeztier y su gofio, Carrefour, a través de las donaciones de aquello con pequeños desperfectos pero que vale lo mismo, Salazones Cairós -aparecen también con sus costillas y otros salazones-, las grandes firmas y los pequeños agricultores de Mercatenerife... La lista es larga. Son empresas solidarias que, como siempre, colaboraron en el "reparto en directo".

Susana se apuntó, cogió su número y esperó a que Andrés lo cantara para pasar, de cinco a cinco, a recibir una bolsa de comida que, asegura, "es darnos la vida".