"Al concejal de Urbanismo (Carlos Garcinuño) le digo que si hubiera venido por aquí y hablado con nosotros no nos hubiera acusado de dejadez ni de querer especular con nuestra vivienda. Al contrario, nos hemos preocupado desde el minuto uno, pero no tenemos recursos y sí mucha necesidad. Mi padre, que vive conmigo, es jubilado y yo voy camino de los nueve años en paro -tiene 54-". Lo asegura José Manuel Jiménez, propietario del inmueble ubicado en el número 30 de la calle San Vicente Ferrer, en El Toscal, cuya fachada fue limpiada la mañana de ayer por un grupo de operarios tras las 48 horas dadas de plazo por la Gerencia de Urbanismo (se cumplía por la tarde).

Jiménez recuerda que "este inmueble de dos plantas está dividido en cuatro viviendas y tiene tres balcones". Mejor dicho tenía, pues uno "se lo llevó un camión hace 40 años". Otro de esos espacios exteriores fue el origen del problema de esta semana. Jiménez apeló a la empresa de un amigo que " me cobró mucho menos de los 1.600 euros que tasó la Gerencia, aunque ahí incluía vallas y otras medidas de seguridad".

Hay que tener en cuenta que al tratarse de viviendas catalogadas por el PGO vigente, el del 92, las obras se encarecen. Jiménez plantea que "en ese momento era muy complicado levantar pisos por la protección y la casa se quedó igual. A este barrio vino mucha gente de fuera, de todos lados. En el caso de mi familia desde Andalucía porque mi abuelo era marino. Unos vivieron en ciudadelas y otros en estos pisos de alquiler. De los cuatro inquilinos originales, tres los compramos".

Al revés que con Garcinuño, el afectado solo tiene buenas palabras para el alcalde, José Manuel Bermúdez, y su equipo "que nos orientó y ayudó en todo momento". También ayer, "en mi opinión, tarde", según Jiménez, pasó por allí el director del Distrito Centro-Ifara. Jiménez recuerda: "Gracias al embolsamiento que ya tenía por debajo el balcón el materias se quedó ahí y no cayó por fortuna al a calle. Oímos un gran estruendo y vimos que ocurría algo de cierta gravedad". Ayer, los trabajadores desescombraron, limpiaron, eliminaron los elementos sueltos y se llevaron todos los escombros.

La calle San Vicente Ferrer continuaba ayer cerrada en el tramo comprendido entre La Rosa y Santa Rosa de Lima a la espera de la orden para proceder a su reapertura, pero el dueño del número 30 ha cumplido con su compromiso.