Rajy Vaswani (Santa Cruz de Tenerife, 1972) es el rostro de una saga familiar dedicada durante medio siglo al comercio hindú en la capital tinerfeña que ha quedado "rota", asegura, con el desalojo forzoso de la tienda "Cleopatra", ubicada en la plaza de la Candelaria y fundada en 1968 por el patriarca, Raj, como sede física para el sueño de su esposa, Sunita. Esta se enamoró "del cielo del Teide y del verde de la isla" y aquí se quedó. Rajy es rotundo: "No han tenido humanidad porque eran mucho más que cuatro paredes y lo único que hemos hecho ha sido anteponer la familia al negocio, aunque nunca lo cerramos, salvo diez días por enfermedad".

Rajy y sus tres hermanos -Lavina, la mayor, Sanyu, con síndrome de Down, y Rishi, el pequeño en edad pero alma máter empresarial- se consideran integrados en la sociedad de la isla y de Santa Cruz. Su portavoz afirma: "Estamos muy agradecidos por el apoyo que nos han dado. No tanto con la comunidad hindú porque nos ven y bajan la cabeza como avergonzados cuando no hemos hecho nada".

Los hermanos, "salvo Lavina, en mayor o menor medida, enfermos, nos sentimos desprotegidos". Rajy culpabiliza de lo ocurrido -desalojo por una deuda acumulada- al "pleno de la Cámara de Comercio y a personas que la dirigen y saben perfectamente quienes son. Nos han quitado el negocio con coacciones, chantaje, engaños, amenazas...".

La tienda, insiste, "la abrió mi padre y la mantuvo con su sudor, mientras mi hermano Rishi perdió sus riñones por trabajar doce horas diarias. Y sin recibir una sola notificación nos desahuciaron y tuvimos que soportar faltas de respeto, insultos y humillaciones como la del secretario judicial. ¿Y ya está? ¿Así se acaba con una familia?".

Rajy recalca: "Solo defendemos nuestros derechos y pedimos un poco de humanidad. Aparte de haberse quedado con 300.000 euros en muebles y mercancías creo que deberían habernos dado tiempo, alternativas o la opción de un local en otro lado. Creo que hay intereses para que nos fuéramos. Nos ofrecieron mucho dinero en 2003 y ahora la posibilidad de condonar la deuda si nos íbamos calladitos".

Recuerda que "mi padre, joyero e hijo de joyeros, nació en lo que hoy es Pakistán, en una cuna de oro, y tenía incluso carruajes tirados por caballos. Tras la guerra civil tuvo que huir a la parte hindú con lo puesto. Sabía que tenía que luchar y lo hizo. Por él y también por mi madre, Sunita, hija de una prima hermana y a la que llevaba once años. Pero triunfó el amor".

Raj emigró a la capital del Líbano, Beirut, y allí terminó por hacerse socio de su jefe, el joyero Mukhi. "Volvió a estar arriba", dice Rajy y retornó a la India "para casarse con mi madre". Trabajó además en Libia -de donde salieron por otra guerra civil con matanzas de extranjeros-.

Raj llevó dos veces a Sunita a dar la vuelta al mundo. En la segunda, en los sesenta, llegaron a Tenerife y, dice Rajy: "Mi madre se enamoró de la isla y de su gente".

En 1968, apunta, "fundaron Cleopatra, en una plaza de la Candelaria muy distinta a hoy, abierta al tráfico, un escenario que ya se acabó para el comercio. El local había sido de un comerciante judío y tuvieron su base en las joyas -el cartel era de oro- la pedrería y el marfil". Llegaron a tener veinte empleados.

Los setenta, los ochenta o los primeros noventa fueron épocas de esplendor del negocio, frecuentado por gente famosa. Los Vaswani se codearon con lo más granado de la sociedad tinerfeña y nacional.

La familia volvió a "reinventarse" con cada crisis y sobre todo a raíz del fallecimiento de Raj en 1997 por un infarto -Sunita murió en 2013-. Las piedras preciosas dieron paso al sector de regalos elegantes y caros: gafas, relojes, perfumería...

Rajy relata: "Ya desde 2000 la Cámara nos avisó de que el edificio estaba en ruina y nos teníamos que ir. Lo hicimos en 2001 y regresamos en 2003 tras la reforma. Todo empezó a ir mal. No nos dejaron hacer mejoras, ponían pegas por cualquier cosa y no teníamos ni aire acondicionado. Pero aguantamos".

En 2008, explica, "a mi madre le dio un ictus y desde ahí nos volcamos en cuidarla igual que hacíamos con mi hermano Sanyu". En 2011, tuvieron "un golpe de buena suerte porque nos tocó el euromillón. Casi todo lo invertimos en cuidados y mejoras para mi madre".

Pero, como un ciclo cada cuatro años, llegó la última crisis y en marzo del año pasado "subieron el alquiler de 900 a 5.000 euros; en agosto mi hermano enfermó y...".

Rajy concluye con un esbozo de perfil personal: "Fui tonto hasta los 17 y luego un rebelde. Nunca me faltó de nada, pero trabajé de Dj e incluso hice de extra en Jason Bourne. Nos hemos quedado mal, pero saldremos adelante. Por el espíritu de Raj y Sunita. Y por Cleopatra".