La capital tinerfeña oferta desde el próximo lunes a vecinos y visitantes la posibilidad de disfrutar de la fiesta de la máscara en cualquier época del año en la Casa del Carnaval. Estas instalaciones se levantan en la vera del barranco de Santos, a diez minutos de la calle de La Noria y coronando un eje museístico que arranca en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, para seguir con el TEA, y que preside el nuevo centro de interpretación. Son 1.100 metros cuadrados dedicados a exposición, con un gran protagonismo de los soportes audiovisuales y multimedia, como gafas VO o pantallas con fotografías de 360 grados.

Ya la misma puerta de la edificación, con una parcela de 9.000 metros cuadrados, anuncia la singularidad de la muestra, con un diseño de pitos de murga que parecen custodiar el acceso.

Nada más acceder a la Casa del Carnaval el traje de la reina 2017, Judit López, parece dar la bienvenida al visitante. A partir de ahí, dos rutas posibles. A la izquierda, la sala polivalente, un espacio que fue ideado para presentaciones de libros, conferencias, sorteo de grupos... Cuando no se celebren estas actividades, como ocurre en la actualidad, este espacio se dedica a mostrar parte del legado de la fiesta, como el tributo que se le rinde al padre de las murgas, Enrique González; o al de las comparsas, Manuel Monzón; a la reina de reinas, el traje "Tajaraste", que "inventó" Leo Martínez en 1987 y que vistió Mónica Raquel Estévez, o fantasías de otras ediciones, como las de 1979 o 1982, que con solo observarlas se pone de manifesto cuánto han evolucionado los trajes, en dimensiones y en riqueza.

El paseo por este espacio permite un contacto con el origen de modalidades como las agrupaciones o las murgas, o hasta disfrutar de algunos detalles de personajes populares y representantivos que contribuyeron a engrandecer el nombre del Carnaval, como Pedro Gómez Cuenca, El Charlot de Tenerife; José Manuel Lis Armas, "Miss Peggy", o algunos actuales, como Antonio Meseguer, "Fidel Castro", o "La Lecherita". De la sala polivalente, a "Nuestro Carnaval", donde están los trajes de los grupos ganadores en el escaparate de la fantasía, de las reinas infantil o de la tercera edad. Exquisita es la posibilidad de adentrarse en el Carnaval con el alarde técnico que se reserva en esta zona, o disfrutar de los talleres donde "está prohibido no tocar". Completa la muestra la exposición de los carteles anunciadores en otra galería o el embrión del centro de investigación que ya tiene su sede en la Casa del Carnaval. Como dijo el alcalde de Santa Cruz, un sueño hecho realidad y un tributo a las generaciones de chicharreros que han engrandecido el nombre de la fiesta de la máscara, que se lleva en el corazón y se comparte con el visitante.