Aunque no pinten todos los días, en Santa Cruz de Tenerife hay activos ahora mismo unos 60 grafiteros, cuatro de ellos considerados "especialmente dañinos" por los destrozos que ocasionan al patrimonio municipal, la cuantía de su reparación y la reiteración de sus acciones vandálicas.

A estos cuatro jóvenes, clasificados por estos motivos con un código rojo, se les está haciendo un seguimiento "especial" por parte de la Policía Local, del mismo modo que se ha realizado con otros que ya han sido identificados y sancionados.

A pesar de todo, durante los últimos meses se ha detectado un descenso de pintadas, en gran medida debido a la presión policial sobre estos "artistas" callejeros.

Así lo acreditan fuentes de la Concejalía de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de la capital, área que hace unos días organizó un taller teórico-práctico sobre historia, técnicas y situación del grafiti en el municipio.

En él participaron doce personas, entre agentes policiales del grupo de Protección del Entorno Urbano (Proteu) e inspectores y técnicos del área de Servicios Públicos. La parte teórica fue impartida por dos peritos grafólogos y criminólogos, mientras que de la práctica se encargó el grafitero artístico Eloy Fernández.

Con esta acción, según remarcan fuentes de Seguridad Ciudadana, se pretende "engrasar" toda la maquinaria municipal que ya trabaja en la erradicación de las pintadas en Santa Cruz, un asunto que le cuesta al ayuntamiento una considerable cantidad de dinero cada ejercicio.

El objetivo del taller, que se desarrolló en las dependencias de la Policía, es que los profesionales que trabajan en la eliminación de las pintadas puedan "identificar" sus características, porque con ello se facilita el camino para llegar hasta su autor.

Entre otras cuestiones, los profesionales del consistorio recibieron nociones tan básicas como de dónde proceden y por qué se hacen grafitis -su historia se remonta a la época del Imperio Romano-, además de herramientas para "analizar" a través de internet quiénes son y en qué lugares actúan los grafiteros.

En esta línea, se abordó también el conocido como "perfil geográfico", pues el comportamiento de estos jóvenes suele ser bastante territorial, de tal modo que tienen "zonas de influencia". Tanto es así que los agentes de la Policía Local y los técnicos del área de Servicios Públicos saben, por los datos que manejan ahora mismo, dónde pinta cada uno de ellos.

En la parte práctica del taller, que impartió el grafitero profesional Eloy Fernández, los asistentes conocieron los materiales que se usan para realizar este tipo de pintadas, cuestiones todas que puedan ayudar a identificar a su autor.

También se abordó la diferencia entre grafiti artístico y grafiti vandálico, asunto que, en ocasiones, puede generar controversia entre los mismos artistas.

Precisamente, la idea que se baraja ahora por parte de los organizadores del taller es que toda esta información pueda trasladarse a los centros escolares, de tal modo que sepan diferenciar entre arte y vandalismo. "Si se fomenta la cultura del grafiti artístico descendería el vandálico", aseguran.

La parte práctica incluyó la realización de un grafiti por parte de Eloy Fernández, una demostración con la que quedó claro que hacer arte "de verdad" no es tan fácil y, sobre todo, no se hace de noche.