El concejal de Medio Ambiente de Santa Cruz, Carlos Correa, vinculó ayer la aparición de las bacterias que han motivado el cierre de dos sectores de Las Teresitas en los últimos meses a residuos arrastrados desde el barranco de El Cercado, y no al emisario de la dársena pesquera, como ha sugerido alguna formación política.

"La distancia que existe entre la zona en la que suelen aparecer las bacterias, el espigón, y el emisario es de dos kilómetros, y las bacterias detectadas, enterococo y E.coli, duran muy poco en aguas de alta concentración de salinidad", explicó el edil, quien detalló además que las corrientes en esta zona provienen del noroeste, "con lo que todo hace pensar que las bacterias no provienen del citado emisario".

De cualquier forma, y con la idea de averiguar la procedencia de la contaminación y cómo corregirla, el área de Medio Ambiente ha encargado dos estudios. Aún no se tienen los resultados.

Correa remarcó que, en todo caso, "no se puede generar una alarma sanitaria. Los resultados que han dado las muestras que hemos recogido solo han estado un poco por encima de los límites que establece Salud Pública, y en cortos periodos de contaminación". El edil comparecerá hoy por este asunto en la comisión de control, a petición de Sí se Puede.

Carlos Correa defendió los controles que hace el consistorio para detectar esta contaminación, "incluso por encima de las exigencias que marca la ley para las zonas de baño". Se hacen una vez al mes entre otoño y primavera, y dos en verano.

El concejal recordó que en 2014 el ayuntamiento había encargado un análisis de todas las posibles zonas de baño del municipio, "y ya en ese estudio se habían detectado los vertidos tierra-mar que las podían afectar".

En total, eran dieciocho zonas con posibilidad para bañarse, de las que ocho estaban afectados por vertidos tierra-mar, entre emisarios y aliviaderos.