José Luis Déniz, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de San Andrés, defiende la tradición marinera del pueblo y se queja de la falta de "voluntad política", después de que la pasada semana recibieran una resolución de la Gerencia de Urbanismo con la incoación de un expediente de actividad clandestina al carecer de licencia, como ocurrió con los quioscos.

Este parece el cuento de nunca acabar.

Sí, pero no habrá sido por falta de la Cofradía de intentar regularizar la situación. Hemos presentado solicitudes, ahora yo y antes otros patrones, a Costas y al ayuntamiento para que nos dieran una concesión administrativa, como hizo en su día la Autoridad Portuaria. Pero todo viene denegado. En 40 años ha habido tiempo de sobra para regularizar la situación.

¿Cuál es la situación actual?

Dicen que carecemos de licencia de apertura. Pero de todo: bar, oficina, punto de primera venta, hielo, cámara frigorífica... El punto de primera venta lo abrió el Gobierno de Canarias, no la Cofradía. Tenemos todo. Y el bar tiene unas tasas pagadas solicitando la licencia de apertura desde 2009, pero no le han concedido licencia.

Ya desde hace años se hablaba de que se habían hecho obras ilegales.

Sí, en la segunda planta. Se techó con aluminio una parte y se hizo un baño. Pagamos de multa unos 2.000 euros. Pero tampoco veo que sea una cosa de extrema gravedad. Fue un baño dentro del inmueble, no fuera de él.

¿Cómo van a actuar tras esta resolución?

De momento está en manos de nuestros servicios jurídicos.

El nuevo Plan Especial de Las Teresitas elimina el edificio.

Sí. Desde hace años se ha dicho que hay que reubicarla. Pero en el plan de ordenación se podía haber quedado la cofradía, acondicionando la zona. Y no pasaba nada. ¿Dónde van a estar las cofradías si no es en la orilla de la playa? ¿En la cumbre? San Andrés lleva más de 200 años dedicado a la pesca. No se puede, de golpe y porrazo, acabar con una tradición y una cultura. Y, sobre todo, con un sector primario. No sé para dónde están mirando. No veo voluntad política de solucionar este problema sino enfrentamientos entre administraciones.

Si Urbanismo cumple la amenaza, ¿podría llegar el final del sector pesquero en San Andrés?

Creo que sí.

El Plan Especial traslada la cofradía a un subterráneo.

Si montan el restaurante y la oficina allí, pero no tengo el varadero y la grúa, ¿para qué lo quiero? La oficina se puede poner en el centro del pueblo, pero lo que nos interesa es el varadero, que es donde trabajamos; el punto de primera venta, donde descargamos... Eso tiene que estar en la orilla de la playa.

Sí se Puede ha planteado declarar la zona como refugio pesquero. ¿Es viable?

Pensamos que sí, aunque ellos dicen que no. Es la única manera de salvar esta situación. Los pescadores de San Andrés estaban en el muellito viejo y, en su día, los ubicaron en la playa. Antes de haber arena amarilla ya había pescadores en la playa. No nos metimos por la cara, fue el ayuntamiento el que nos ubicó en Las Teresitas.

Habrá que negociar.

Estamos dispuestos a ceder en lo que haga falta. Si nos ubican en San Andrés, en cualquier sitio, bienvenido sea. Nos hacen un edificio como el que tenemos donde ellos digan que se pueda construir y no pasa nada. Pero de ahí a echarnos... Ya llevamos diez años metidos en contenedores como perros. Es vergonzoso que en primera línea de playa exista esto.

Entiendo que no aceptan la ubicación que fija el Plan Especial.

Si no nos adaptan el muelle... Porque esto -donde está ahora la cofradía- es un paseo. ¿Dónde ponemos los barcos? Somos de San Andrés, no de la dársena.

¿Cuáles serían las zonas viables para un traslado?

En su día hubo un proyecto que era en la curva, antes de llegar al pueblo, con el famoso muelle deportivo. Nos ubicaban dentro. Pero quedó en nada. El sitio ideal era cuando hicieron el rompeolas. Con 50 metros más hacia afuera hubieran matado dos pájaros de un tiro. Pero argumentaron que costaba un millón de euros más. Aquí se actúa y después se piensa.

¿A cuántas personas afectaría el cierre de la cofradía?

A unas cuarenta, entre pescadores y la gente del bar. ¿Y las futuras generaciones? No sé si habrá sido por la crisis, pero se está empezando a ver gente joven invirtiendo en embarcaciones de pesca porque no hay trabajo por ningún lado.