Dereck, de 4 años, sigue en estado crítico en el Hospital de La Candelaria. Su hermano, Evan, ingresado en el HUC, ha mejorado y está previsto que pase ya a planta. Es el parte médico de los dos niños atropellados por una conductora supuestamente drogada el pasado martes cuando se dirigían a clase en el CEIP García Escámez. Ayer, a la misma hora, ocho y media de la mañana, y en idéntico punto de la carretera general de El Rosario en el que ocurrieron los hechos, más de 200 vecinos del barrio acudieron a la convocatoria de protesta para reclamar "más seguridad para nuestros niños", pedir "justicia", criticar la ausencia del alcalde Bermúdez y, sobre todo, arropar a una familia rota por el dolor.

Una familia que ayer se dividió. La madre acudió junto al pequeño Dereck. El padre haría lo mismo luego con Evan, pero antes tenía una cita con sus vecinos. Tranquilo, aunque emocionado, recibió el apoyo "para una gente muy buena", como decían, junto a Ángela, la hija mayor, que cursa sexto curso en el aula B del centro, y Besay, un amigo que se encargó de llevarla a clase mientras Jack Fandoh, un hombretón africano que llegó de Ghana a Tenerife hace veinte años, rememoraba lo ocurrido.

Así lo contó: "El semáforo estaba en verde. Mi hija cruzó primero y luego los chicos. Yo indiqué con la mano al coche de la izquierda que parara. Ya lo había hecho, pero como un cohete salió por el otro carril un vehículo que se saltó el semáforo en rojo y arrastró a Dereck hasta allí (50 metros arriba) y hasta aquí (cerca del paso de peatones) a Evan".

Desde antes de la hora prevista -en los carteles colgados en las farolas se recomendaba no ir con los menores sino dejarlos primero en el colegio- se empezó a juntar gente en relación directa con el despliegue mediático y de la Policía Local. Miembros de colectivos como Somosierra Activa, Chincanayros o las 96 Viviendas (donde reside la familia hace dos años), algún político, caso de los concejales Pedro Arcila (SSP) y Andrés Martín Casanova (PSOE), pero, sobre todo, vecinos, padres, madres, profesores o miembros del Ampa.

De entrada, un grupo se sentó en el margen derecho de la vía junto a una pancarta que decía: "Basta ya, más seguridad". A la derecha, el subcomisario de la Policía Local Blas Hernández planteaba a otro grupo las opciones para mejorar la seguridad del entorno.

El Mercado de La Abejera cerró sus puertas para permitir a los trabajadores acudir a la concentración.

Poco a poco, siempre de la mano de padres, madres o abuelos los niños fueron entrando al colegio y los mayores volvieron sobre sus pasos para nutrir las filas de la protesta. Comentarios de todo tipo como "que se sepa quién es y se le vea la cara", en referencia a la autora del atropello. O "los niños se pasan el día llorando" y "el colegio se llenó de psicólogos". No era una mañana más.

Pancartas como la que ponía "Dereck, Evan, va por ustedes" y muchos lemas, lanzados a gritos y coreados durante la media hora de concentración con el tráfico parado en ambos sentidos: "No están solos", "Todos somos Dereck y Evan", "Justicia, que no la suelte" o "No somos perros, somos humanos". No faltaron las alusiones al alcalde Bermúdez: "¿Dónde está el alcalde?" o "Bermúdez, cobarde, estos son tus niños". No acudió pero sí convocó ayer en fecha, hora y lugar pendientes, aunque en breve, a todos los implicados: colegio, Ampa, colectivos vecinales...

Como colofón de una mañana distinta, un cerrado aplauso a Jack que este devolvió entre lágrimas.

La seguridad es el factor clave en una vía limitada a cincuenta kilómetros por hora donde los coches van a 80 o 100. No solo aquí sino en otras del barrio como las calles Elisa González de Chaves o la conocida como El Perro, donde "hay auténticas carreras a toda velocidad". Surgen de manera espontánea las preguntas. Desde "si lo han sabido siempre, por qué no han puesto un radar (se colocará ahora) y ha habido que esperar al accidente" o "por qué en los colegios del centro como La Pureza o La Salle hay siempre policías y aquí no".

En la reunión mantenida el pasado miércoles la concejala de Seguridad, Zaida González, recibió varias propuestas. Entre ellas que los acusados por delitos contra el tráfico cumplan sus penas como voluntarios para cruzar a los niños. Y de guardias muertos (descartados) a pasos de peatones elevados (uno por ahora en el lugar del atropello). Incluso un foto rojo como el que ya existe en Miramar. "Lo que sea, pero sin tantos estudios ni trámites" decía una vecina. Es lo que quieren en los barrios de García Escámez y Somosierra: medidas inmediatas.