"El problema es más una cuestión de modelo que una cuestión de recursos". La afirmación la realiza la concejal de Sí se Puede en Santa Cruz Asunción Frías, y lo hace en referencia a una situación que se repite a pesar del reconocido aumento de recursos: la saturación de las unidades de trabajo social (UTS) que dependen del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS).

Y es que si bien es cierto que la aportación municipal para estos recursos ha crecido durante los últimos años -400.000 euros con respecto a 2016-, y con ello el número de personas atendidas -un 35% más-, las críticas al servicio, lejos de desaparecer, se han mantenido.

Las últimas que se han recibido están relacionadas con el cierre de las agendas de algunas trabajadoras sociales, que desde noviembre están dando fecha para el mes de marzo del año próximo. Todo ello exceptuando casos puntuales como bajas prolongadas de algunas de estas profesionales.

Mensajes como "estamos full", o "cada vez hay más personas desfavorecidas", emitidos por trabajadoras sociales de las UTS de la capital, apuntalan la afirmación realizada por la edil de Sí se Puede y que comparte el resto de la oposición: hay que evaluar el modelo de intervención social que se está desarrollando.

Este es uno de los acuerdos que la citada concejal propondrá en la moción que defenderá en el último pleno del año. Frías quiere que se reactive la comisión técnica especializada de UTS del Consejo Municipal de Servicios Sociales y/o plantear otro procedimiento participativo para evaluar el actual sistema de organización de la demanda de las unidades de trabajo social.

La edil de SsP también pretende que se constituyan más UTS; un sistema especializado de atención, información y asesoramiento telefónico en estas unidades; y que en todas haya, al menos, un educador social. Ahora mismo, según detalla, existe el "agravio comparativo", porque unas tienen y otras no.

De cualquier manera, el origen del problema está, a juicio de Asunción Frías, no solo en una insuficiencia de los profesionales contratados, sino en la ausencia de una "auténtica intervención familiar", de trabajo comunitario, preventivo y de promoción, en la gran mayoría de los casos. Unas cuestiones que, en su opinión, dificultan enormemente la identificación y respuesta "a tiempo" a muchas de las problemáticas sociales y el apoyo al proceso de integración sociolaboral de las personas y familias más vulnerables a la exclusión social.

De la gravedad del problema que se trata dan muestra los siguientes datos, aportados por el propio edil de Atención Social de Santa Cruz, Óscar García, esta misma semana: los servicios prestados por las UTS durante los primeros once meses de 2017 registraron un aumento superior al 35% en comparación con el año 2016 completo, pasando de 49.842 a 67.536 servicios. Y él insiste: "Por cada queja hay miles de santacruceros atendidos y satisfechos".