"Nos llegó el agua hasta la cocina. Si antes ya entraba algo, ahora es una inundación". Así relató ayer Enma Estévez, vecina de Barranco Grande, lo que les sucedió la tarde-noche del viernes.

Al llegar a su casa, el número 21 de la calle Tadorna, después del fuerte aguacero que había caído por la tarde, se encontró con un "mar de agua" que había penetrado en su vivienda y dañado varios enseres. Y eso que, "se supone que alguien del ayuntamiento", les había colocado en la puerta de su casa unos sacos de arena, formando una pequeña barricada.

La fuerza del caudal que descendió por la calle Barranco Grande, perpendicular a la vía citada, hizo casi inútil la barrera, entre otras cuestiones por unas obras que realizó el ayuntamiento el pasado verano.

Según relatan Enma y otros vecinos de la calle Tadorna, el rebaje en la acera para hacerla accesible ha dejado "vía libre" para que el agua penetre en sus casas, principalmente al número 21, que es la que hace esquina.

"Se lo advertimos a la aparejadora que supervisó los trabajos y nos dijo que no nos preocupáramos. Que se colocarían imbornales en la calle Barranco Grande para recoger el agua que bajara por esa calle. Pero esas obras no se han hecho", denuncian los afectados. Alguno, incluso, dejó constancia de la advertencia en la web del distrito Suroeste.

Para los vecinos no existe otra solución que la instalación de esos elementos para canalizar el agua, tanto la vía que baja como en la esquina de Tadorna.

Mientras tanto, seguirán viviendo con el miedo a que sus casas se llenen de agua. "Y mañana -por hoy- dicen que va a llover más. No nos queda nada".