Ramón Trujillo, concejal de IUC, denuncia que el ayuntamiento ha normalizado una "persecución machista" a sus trabajadoras que supone que, cada año, al menos una veintena deba devolver horas no trabajadas por llevar al centro de salud a sus hijos menores.

Señala que, en estos casos, recurrir a los tribunales por la vulneración de los derechos laborales no compensa porque, aunque se obtenga una sentencia favorable, los gastos legales son muy superiores a la pérdida ocasionada por la ausencia. Trujillo cita el caso de una trabajadora a la que no se concedió permiso para faltar un día para cuidar a un hijo enfermo. La empleada acreditó su asistencia al centro de salud, la prescripción médica de necesidad de "cuidados maternales" y, aún así, se le negó el derecho a faltar al trabajo.