"La obra supone para la comunidad un ahorro sustancial porque no será necesario el funcionamiento de bombas de presión de agua". Ese es el resumen de los trabajos que ha llevado a cabo, desde noviembre, el Ayuntamiento de la capital en San Pío y Juan XXIII.

El texto forma parte de la convocatoria vecinal que había ayer tarde en la asociación de vecinos Tamogán, una cita a la que acudieron muchos menos residentes de los que, hace ahora unos tres años, reclamaron la mejora del abastecimiento de agua en sus bloques.

"Es una obra que no se ve, que no se aprecia y, por tanto, que no se valora", reconoció el concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, quien, junto al alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, dieron cuenta de la finalización de las obras, realizadas entre Emmasa y Viviendas Municipales, ante una decena de vecinos.

"Se nota bastante. El agua está más limpia", reconoció una de las residentes de las 108 viviendas que estaban afectadas por los problemas de presión del agua.

Precisamente, Bermúdez explicó que la realización de este proyecto "responde a la demanda de los vecinos y se incluye dentro del plan de obras presentado por la Emmasa, permitiendo ampliar la potencia y mejorar la red de abastecimiento de agua potable en ambos puntos".

Las obras, que contaron con un presupuesto de 108.713,69 euros y comenzaron a finales del pasado noviembre, fueron programadas por Emmasa y su ejecución estuvo a cargo de la empresa Brito y Gutiérrez SL.

Al respecto, Dámaso Arteaga detalló que "se ha ejecutado una nueva red principal de función dúctil, que concluye las obras que no pudieron ejecutarse dentro del Plan de Barrios realizado en 2009".

Los trabajos "eran necesarios para poder dotar a esta zona de hidrantes para la protección en caso de incendio, ya que la red anterior no tenía el diámetro suficiente para ponerlos en funcionamiento", señaló el concejal.

Los vecinos aprovecharon la cita de ayer para realizaron algunas otras demandas al alcalde y al edil.