La primavera tiene estas cosas. Mientras en el sur de la Isla se podía disfrutar de un espléndido día de sol, el mal tiempo jugaba ayer una mala pasada a la capital, que se había preparado para disfrutar del Plenilunio más completo de los que se habían organizado hasta ahora, con más de cien actividades distribuidas en distintos escenarios, tanto cerrados como al aire libre.

La jornada no pintaba nada bien ya desde temprano. Y, medio en broma, en la inauguración oficial del acto, que tuvo lugar en el Castillo Negro, el alcalde de la capital, José Manuel Bermúdez, reconoció que lo único que no podían controlar era el tiempo. De ahí que se refiriera a esta celebración, ya pasada por agua a esas horas, con el nombre de "waterlunio".

Con todo, el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, le tiró un cabo y reveló el "secreto" que tenía el alcalde: "Ha firmado un decreto y a las dos dejará de llover".

La medida, lamentablemente -entiéndase la broma-, no tuvo efecto. Pese a que a media mañana la previsión meteorológica quiso dar una tregua y rebajó la probabilidad de caída de lluvia, la buena noticia duró más bien poco. Pasado el mediodía, y con una llovizna intermitente, el ayuntamiento, atendiendo a los dictados del plan de seguridad, decidió suspender las actividades que estaban previstas sobre los escenarios al aire libre, por el consiguiente riesgo que eso podía suponer. La medida afectó a La Noria, la plaza del Príncipe, la avenida de Anaga y la plaza de la Candelaria, cuatro puntos neurálgicos para una celebración como esta.

Tampoco mejoró la situación con el paso de la tarde, tanto por las condiciones meteorológicas como por lo que se refiere al estado anímico. Y es que uno de los puntos fuertes de la jornada giraba en torno al partido que enfrentaba en el Heliodoro al CD Tenerife y la SD Huesca. Y si bien el comienzo resultó prometedor, el accidentado final, con derrota, cayó como una losa entre los miles de aficionados blanquiazuules, potenciales protagonista del evento.

Con todo, y a pesar de la persistente lluvia, los atractivos que presentaba la oferta llamaron la atención del público, que acudió a las diferentes actividades que se desarrollaron en recintos cerrados. Así, desde las seis de la tarde hasta las diez de la noche, un total de 1.386 personas pasaron por el cuartel de Almeyda y el García Sanabria estuvo concurrido durante buena parte de la tarde-noche.

El edil de Promoción Económica, Alfonso Cabello, destacó el "alto índice de satisfacción del tejido comercial de la capital en cuanto al evento, a pesar de la lluvia".

El 65% de las personas asistentes valoraron con la máxima puntuación la cita, con algo más de 7 de cada 10 personas que repiten experiencia y un alto poder de tracción, ya que el 46% no reside en Santa Cruz de Tenerife.

El 69% de los asistentes consideró que este evento incentivó a comprar y consumir.